ALMA se alista para recibir al nuevo cerebro de datos astronómicos a 2900 metros de altura

  • Se trata del proyecto “OSF Correlator Room” (OCRO, por sus siglas en inglés), una sala con infraestructura tipo data center muy similar a aquellas utilizadas por los centros de inteligencia artificial más modernos del mundo.

La tecnología avanza muy rápido, abriendo también oportunidades al Observatorio ALMA para modernizarse e incorporar los últimos adelantos tecnológicos a toda su cadena de valor, desde la captura de fotones hasta el procesamiento de datos, asegurando así la continuidad de sus operaciones en el largo plazo. En el marco de su iniciativa para «Mejorar la Sensibilidad de Banda Ancha de ALMA» (WSU) iniciada en 2019, prepara la llegada de su nuevo cerebro de datos astronómicos a 2900 metros de altura en 2026.

WSU constituye un plan de modernización y reemplazo de varios de los subsistemas más importantes del observatorio, que incluyen los receptores criogénicos ubicados dentro de cada antena, el sistema de transmisión de datos por fibra óptica, el nuevo correlacionador (el cerebro de ALMA) y toda la infraestructura necesaria para alojar este último súper computador.

Lo novedoso del proyecto OCRO y la sala para alojar al nuevo correlacionador radica en los avances tecnológicos que incorpora ALMA. La fabricación de semiconductores han seguido por décadas un progreso constante que es modelado por la Ley de Moore, y es que en promedio, cada 18 meses el número de transistores que pueden ser incorporados por unidad de área se duplica. Esto implica que los dispositivos electrónicos pueden procesar más instrucciones, siendo cada vez más pequeños y consumiendo menos energía.

El nuevo correlacionador de ALMA seguirá un patrón similar, de hecho, la concentración de chips y transistores será tal, que no podrá ser enfriado solo con aire (y menos a 2900 metros de altura, donde el aire es menos denso) y por tanto; se utilizará un sistema de enfriamiento por contacto directo de agua a través de un complejo sistema de cañerías e intercambiadores de calor. De esta forma, el correlacionador mantendrá una temperatura de operación segura mientras procesa datos a una capacidad de aproximadamente 1Tb/s por cada una de sus 66 antenas.

Juan Larraín, Project Manager de AUI/NRAO, socio norteamericano de ALMA, experto de data centers y quién está a cargo de este proyecto, asegura que esta nueva infraestructura constituirá un centro de procesamiento de datos de clase mundial. “Actualmente trabajamos en la red de abastecimiento eléctrico, acoplándonos a la red eléctrica del observatorio, en coordinación con los departamentos de ingeniería y seguridad, a fin de no interferir ni afectar la normal operación de ALMA. Una vez terminada la fase de energización, iniciaremos la ingeniería de detalles seguida de una revisión exhaustiva de cada entregable, antes de movilizar al contratista al observatorio e iniciar las obras civiles, la construcción, integración y puesta en marcha de todos los subsistemas”, sostiene.

«(…) Por otro lado, el WSU permitirá obtener más información en menos tiempo, algo así como pasar de ver un solo canal de televisión, a ver múltiples canales de forma simultánea y en 4k, maximizando de esta forma la cadena de valor del observatorio y la generación de datos científicos”, agrega.

OCRO es un proyecto de infraestructura necesario para proporcionar espacio, una conexión eléctrica con mayor capacidad, el complejo sistema de enfriamiento, protección contra incendios, soporte estructural para todos los racks, seguridad y control de acceso. Sin embargo, la ingeniería detrás de este proyecto no es el único desafío que enfrenta el equipo; construir un data center de estas características, único en Chile, en la altura y aislación donde se encuentra el Observatorio ALMA, representa un gran desafío para el equipo, las empresas y la logística.

Pero no acaba ahí, en ALMA y en NRAO son ambiciosos y quieren además incorporar e integrar simultáneamente estos nuevos sistemas que el observatorio sigue operando normalmente, a fin de no interrumpir la conexión a la comunidad astronómica que se beneficia de las observaciones, “esto nos obligará a extremar la coordinación y trabajar como un gran equipo, lo que ya hemos hecho antes y volveremos a hacer” – concluye Juan Larraín.

Acerca de AUI/NRAO

Associated Universities, Inc. (AUI) es una corporación estadounidense sin fines de lucro que, bajo convenio cooperativo con la Fundación Nacional de Ciencias de los Estados Unidos (NSF), opera el Observatorio Radioastronómico Nacional de los EE.UU. (NRAO). Actualmente, en Chile, en el contexto astronómico, AUI/NRAO colabora con instituciones de investigación de Europa y Asia del Este en el funcionamiento del Observatorio ALMA. En EE.UU., AUI/NRAO maneja, entre otras instalaciones científicas, el Observatorio Green Bank (GBO) en Virginia Occidental, el Karl G. Jansky Very Large Array (VLA) en Nuevo México, y el sistema de radio telescopios continental Very Long Baseline Array (VLBA).

 

 

Explosiones estelares y química cósmica

Un equipo científico observó con el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array(ALMA) el centro de una galaxia relativamente cercana conocida como NGC 253, que produce estrellas a un ritmo muy alto. Tras más de 300 horas de observación, hallaron más de cien especies moleculares, muchas más de las que han detectado estudios previos fuera de la Vía Láctea. La alta sensibilidad de ALMA identificó con éxito moléculas que representan varias etapas de la evolución estelar en la región central de NGC 253, y la alta resolución angular de ALMA deterinó las ubicaciones donde tienen lugar estas etapas. Esta gran cantidad de datos ha permitido comprender mejor la física y la química de este tipo de galaxias. El aumento de la sensibilidad de banda ancha como parte de la hoja de ruta de desarrollo de ALMA 2030 hará que las observaciones de banda ancha de frecuencias como las de este estudio sean mucho más eficientes. Esperamos que la comprensión del mecanismo del brote estelar avance mediante la observación simultánea de más moléculas trazadoras.

En el Universo, algunas galaxias forman estrellas mucho más rápido que nuestra galaxia, la Vía Láctea. A estas  se les llama ‘galaxias con brote estelar’. Los fenómenos de brote estelar no duran para siempre. Sigue siendo un misterio cómo puede ocurrir exactamente una formación de estrellas tan prolífica y cómo termina. La posibilidad de que se formen estrellas depende de las propiedades de la materia prima de la que nacen, como el gas molecular, un material gaseoso compuesto por varias moléculas. Por ejemplo, las estrellas se forman en regiones densas dentro de nubes moleculares donde la gravedad puede actuar de manera más efectiva. Algún tiempo después de la formación activa de estrellas, las estrellas existentes y las explosiones de estrellas muertas transfieren energía al medio circundante, lo que podría obstaculizar la formación estelar futura. Estos procesos físicos impactan la química de la galaxia e imprimen una firma en la intensidad de las señales de las moléculas. Debido a que cada molécula emite a frecuencias específicas, las observaciones en un amplio rango de frecuencia nos permiten analizar las propiedades físicas y brindarnos información sobre el mecanismo de los brotes estelares.

El equipo científico a cargo de este estudio ha adquirido una nueva comprensión de los fenómenos relacionados con el nacimiento de estrellas en una galaxia con brote estelar. Utilizando ALMA, detectaron más de cien especies moleculares en el centro de NGC 253, una galaxia con brote estelar situada a unos 10 millones de años luz de distancia. Esta materia prima química es la más rica que se encuentra fuera de la Vía Láctea e incluye moléculas que se han detectado por primera vez , como el etanol y la especie PN que contiene fósforo. Este estudio se llevó a cabo como un gran programa denominado ALMA Comprehensive High-solving Extragalactic Molecular Inventory (ALCHEMI), dirigido por Sergio Martín del Observatorio Europeo Austral/Observatorio Conjunto ALMA, Nanase Harada del Observatorio Astronómico Nacional de Japón y Jeff Mangum del Observatorio Nacional de Radioastronomía  de Estados Unidos.

En primer lugar, este estudio encontró que el gas molecular de alta densidad probablemente promoverá la formación activa de estrellas en esta galaxia. Cada molécula emite en múltiples frecuencias y la intensidad de su señal relativa y absoluta cambia según la densidad y la temperatura. Al analizar numerosas señales de algunas especies moleculares, la cantidad de gas denso en el centro de NGC 253 resultó ser más de diez veces mayor que la del centro de la Vía Láctea, lo que podría explicar por qué NGC 253 está formando estrellas unas 30 veces más eficientemente incluso con la misma cantidad de gas molecular.

Uno de los mecanismos que podría ayudar a la fusión de nubes moleculares en otras más densas es una colisión entre ellas. En el centro de NGC 253 es probable que se produzcan colisiones de nubes donde se cruzan corrientes de gas y estrellas, generando ondas de choque que viajan a velocidades supersónicas. Estas ondas de choque evaporan moléculas como el metanol y el HNCO, congelándose en partículas de polvo heladas. Cuando las moléculas se evaporan en forma de gas, se vuelven observables mediante radiotelescopios como ALMA.

Ciertas moléculas también rastrean la formación estelar en curso. Se sabe que alrededor de las estrellas jóvenes abundan las moléculas orgánicas complejas. En NGC 253, este estudio sugiere que la formación estelar activa crea un ambiente cálido y denso similar a los que se observan alrededor de estrellas jóvenes individuales (protoestrellas) en la Vía Láctea. La cantidad de moléculas orgánicas complejas en el centro de NGC 253 es similar a la que hay alrededor de las protoestrellas de la galaxia.

Además de las condiciones físicas que podrían promover la formación de estrellas, el estudio también reveló el duro entorno dejado por generaciones anteriores de estrellas, que podría ralentizar la futura formación de estrellas. Cuando las estrellas masivas mueren, provocan explosiones masivas conocidas como supernovas, que emiten partículas energéticas llamadas rayos cósmicos. La composición molecular de NGC 253 reveló a partir de la mejora de especies como H3O+ y HOC+ que los rayos cósmicos han arrancado algunos de sus electrones a las moléculas de esta región a un ritmo al menos 1000 veces mayor que cerca del Sistema Solar. Esto sugiere un considerable aporte de energía procedente de las supernovas, lo que dificulta que el gas se condense para formar estrellas.

Los rayos cósmicos han arrancado algunos de sus electrones a las galaxias de esta región a un ritmo al menos 1.000 veces mayor que el de las zonas cercanas al Sistema Solar. Esto sugiere un considerable aporte de energía procedente de las supernovas, lo que dificulta que el gas se condense para formar estrellas.

Finalmente, el estudio ALCHEMI proporcionó un atlas de 44 especies moleculares, duplicando el número disponible en estudios anteriores fuera de la Vía Láctea. Al aplicar una técnica de aprendizaje automático a este atlas, los investigadores pudieron identificar qué moléculas pueden rastrear de manera más efectiva la historia de la formación estelar mencionada anteriormente, desde el principio hasta el final. Como se describió anteriormente con algunos ejemplos, ciertas especies moleculares rastrean fenómenos como ondas de choque o gas denso, que podrían ayudar a la formación de estrellas. Las regiones de formación de estrellas jóvenes albergan una rica química, incluidas moléculas orgánicas complejas. Mientras tanto, el brote estelar desarrollado muestra una mejora del radical cianuro que indica la producción de energía de estrellas masivas en forma de fotones UV, lo que también podría obstaculizar la futura formación de estrellas. Encontrar estos trazadores puede ayudar a planificar observaciones futuras utilizando la mejora de sensibilidad de banda ancha que se espera para esta década como parte de la hoja de ruta de desarrollo de ALMA 2030, con la cual las observaciones simultáneas de múltiples transiciones moleculares serán mucho más manejables.

“ALMA es el único instrumento capaz de brindar la sensibilidad y resolución para este tipo de estudio. Gracias a la posibilidad de observar grandes programas (que requieren más de 50 horas de observaciones), logramos compilar un estudio completo de la química de este objeto extragaláctico que se puede comparar directamente con el que se encuentra en la Vía Láctea y el Sistema Solar”, explica Sergio Martín, investigador principal de este estudio y jefe del Departamento de Operaciones Científicas de ALMA. “Con las nuevas actualizaciones que se están realizando durante esta década en el observatorio, conocidas como Wideband Sensitivity Upgrade (WSU), podremos extender este tipo de estudio a objetos más débiles y más lejanos para comprender la evolución de la química en el Universo”.

Imágenes

Impresión artística del centro de la galaxia con estallido estelar, NGC 253. Crédito: ALMA (ESO/NAOJ/NRAO)
Arriba) Espectros del estudio ALCHEMI. (Abajo) Una imagen esquemática del centro de la galaxia con brote estelar, NGC 253, que describe los lugares donde se mejoran varias especies de moléculas trazadoras según el estudio ALCHEMI. Crédito: ALMA (ESO/NAOJ/NRAO), N. Harada et al.

Información adicional

Este estudio está compuesto por múltiples publicaciones:

  • Harada et al. (ApJS 2024) “The ALCHEMI atlas: principal component analysis reveals starburst evolution in NGC 253” 10.3847/1538-4365/ad1937 published on Mar 15th, 2024
  • Martin et al. (A&A 2021) “ALCHEMI, an ALMA Comprehensive High-resolution Extragalactic Molecular Inventory. Survey presentation and first results from the ACA array” 10.1051/0004-6361/202141567
  • Tanaka et al. (ApJ 2024) “Volume Density Structure of the Central Molecular Zone NGC 253 through ALCHEMI Excitation Analysis” 10.3847/1538-4357/ad0e64
  • Huang et al. (A&A 2023) “Reconstructing the shock history in the CMZ of NGC 253 with ALCHEMI” 10.1051/0004-6361/202245659
  • Behrens et al. (ApJ 2022) “Tracing Interstellar Heating: An ALCHEMI Measurement of the HCN Isomers in NGC 253” 10.3847/1538-4357/ac91ce
  • Harada et al. (ApJ 2022) “ALCHEMI Finds a “Shocking” Carbon Footprint in the Starburst Galaxy NGC 253″ 10.3847/1538-4357/ac8dfc
  • Humire et al. (A&A 2022) “Methanol masers in NGC 253 with ALCHEMI” 10.1051/0004-6361/202243384
  • Holdship et al. (A&A 2022) “Energizing Star Formation: The Cosmic-Ray Ionization Rate in NGC 253 Derived from ALCHEMI Measurements of H3O+ and SO” 10.3847/1538-4357/ac6753
  • Haasler et al. (A&A 2022) “First extragalactic detection of a phosphorus-bearing molecule with ALCHEMI: Phosphorus nitride (PN)” 10.1051/0004-6361/202142032
  • Harada et al. (2021 ApJ) “Starburst Energy Feedback Seen through HCO+/HOC+ Emission in NGC 253 from ALCHEMI” 10.3847/1538-4357/ac26b8
  • Barrientos et al. (Experimental Astronomy 2021) “Towards the prediction of molecular parameters from astronomical emission lines using Neural Networks” 10.1007/s10686-021-09786-w
  • Holdship et al. (A&A 2021) “The distribution and origin of C2H in NGC 253 from ALCHEMI” 10.1051/0004-6361/202141233
  • Butterworth et al. (A&A in press) “Molecular isotopologue measurements toward super star clusters and the relation to their ages in NGC253 with ALCHEMI” 10.48550/arXiv.2402.10721

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El agujero negro central de nuestra galaxia posee fuertes campos magnéticos

Una nueva imagen obtenida por la colaboración EHT (Event Horizon Telescope) ha develado la presencia de campos magnéticos potentes y organizados que giran en espiral desde el borde del agujero negro supermasivo Sagitario A* (Sgr A*). Vista por primera vez en luz polarizada, esta nueva imagen del monstruo que acecha en el corazón de la Vía Láctea ha revelado la existencia de una estructura de campo magnético sorprendentemente similar a la del agujero negro que hay en el centro de la galaxia M87, lo que sugiere que estos fuertes campos magnéticos pueden ser comunes a todos los agujeros negros. Esta similitud también apunta a un chorro oculto en Sgr A*. Los resultados se han publicado hoy en The Astrophysical Journal Letters.

En 2022, en conferencias de prensa realizadas por todo el mundo (incluidas las oficinas centrales de ALMA, en Chile), un grupo de científicos y científicas dio a conocer la primera imagen de Sgr A*. Aunque el agujero negro supermasivo de la Vía Láctea, que está a unos 27.000 años luz de distancia de la Tierra, es más de mil veces más pequeño y menos masivo que el de M87 (el primer agujero negro fotografiado), las observaciones revelaron que los dos son bastante similares. Esto hizo que la comunidad científica se preguntara si, al margen de su apariencia, ambos compartían rasgos comunes. Para averiguarlo, el equipo decidió estudiar Sgr A* en luz polarizada. Estudios previos de la luz que hay alrededor del agujero negro M87 (M87*) revelaron que los campos magnéticos de su entorno permitieron al agujero negro lanzar poderosos chorros de material que volvían al entorno circundante. Sobre la base de este trabajo, las nuevas imágenes han develado que lo mismo puede estar ocurriendo en Sgr A*.

«Lo que estamos viendo ahora es que hay campos magnéticos fuertes, retorcidos en forma de espiral y ordenados cerca del agujero negro del centro de la Vía Láctea», afirma Sara Issaoun, beneficiaria de una beca Einstein postdoctoral del Programa de Becas Hubble de la NASA en el Centro de Astrofísica Harvard & Smithsonian (EE.UU.), y también líder del proyecto. «Junto con el hecho de que Sgr A* tiene una estructura de polarización sorprendentemente similar a la observada en el agujero negro M87* (mucho más grande y potente), hemos aprendido que los campos magnéticos fuertes y ordenados son fundamentales para la forma en que los agujeros negros interactúan con el gas y la materia que los rodea».

La luz es una onda electromagnética oscilante o en movimiento que nos permite ver objetos. A veces, la luz oscila en una orientación preferida, denominada «polarizada». Aunque la luz polarizada nos rodea, para los ojos humanos es indistinguible de la luz «normal». En el plasma que rodea estos agujeros negros, las partículas que giran alrededor de las líneas del campo magnético confieren un patrón de polarización perpendicular al campo. Esto permite a la comunidad astronómica ver, con detalles cada vez más vívidos, lo que sucede en las regiones de los agujeros negros y mapear sus líneas de campo magnético.

«Al obtener imágenes de la luz polarizada procedente del gas caliente y brillante que hay cerca de los agujeros negros, estamos deduciendo directamente la estructura y la fuerza de los campos magnéticos que enhebran el flujo de gas y materia del que se alimentan y, a su vez, expulsan», declara Angelo Ricarte, beneficiario de una beca postdoctoral de la Iniciativa de Agujeros Negros de Harvard y también líder del proyecto. «La luz polarizada nos enseña mucho más sobre la astrofísica, las propiedades del gas y los mecanismos que tienen lugar cuando un agujero negro se alimenta».

Pero obtener imágenes de agujeros negros con luz polarizada no es tan fácil como ponerse un par de lentes de sol polarizadas, y esto es particularmente cierto en el caso de Sgr A*, que cambia constantemente y detiene su movimiento para ser fotografiado. La obtención de imágenes del agujero negro supermasivo requiere herramientas sofisticadas que van más allá de las que se utilizaban anteriormente para captar a M87*, un objetivo mucho más estable. El científico del proyecto EHT, Geoffrey Bower, del Instituto de Astronomía y Astrofísica de la Academia Sinica (Taipéi), afirma que: «Debido a que Sgr A* se mueve mientras intentamos obtener imágenes, ha sido difícil construir incluso la imagen no polarizada», y agrega que:  «Es un alivio haber podido obtener imágenes polarizadas. Algunos modelos estaban demasiado revueltos como para construir una, pero la naturaleza no ha sido tan cruel».

Mariafelicia De Laurentis, Responsable Adjunta del Departamento Científico del proyecto EHT y profesora de la Universidad de Nápoles Federico II (Italia), declaró que: «Con una muestra de dos agujeros negros, con masas muy diferentes y galaxias anfitrionas muy diferentes, es importante determinar en qué se parecen y en qué se diferencian. En ambos casos los datos indican que cuentan con campos magnéticos fuertes, lo cual sugiere que esta puede ser una característica universal y quizás fundamental de este tipo de sistemas. Una de las similitudes entre estos dos agujeros negros podría ser un chorro, pero aunque hemos fotografiado uno muy obvio en M87*, aún no lo hemos encontrado en Sgr A*».

Para observar Sgr A*, la colaboración unió ocho telescopios de todo el mundo con el fin de crear un telescopio virtual del tamaño de la Tierra, el EHT. El Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) en el norte de Chile, fue parte de la red que realizó las observaciones en 2017.

«Al ser ALMA el telescopio más grande y potente de los telescopios del EHT, desempeñó un papel clave para hacer posible esta imagen», afirma María Díaz Trigo, científica del Programa Europeo ALMA de ESO. «Ahora ALMA está planificando un ‘cambio de imagen extremo’: la Actualización de la Sensibilidad de Banda Ancha, que hará que ALMA sea aún más sensible y siga siendo un telescopio fundamental en las futuras observaciones de Sgr A* y de otros agujeros negros que lleve a cabo la colaboración EHT».

“Como estación crítica de la red, es una buena noticia que ALMA pronto se someta a una importante actualización hacia 2030, lo que mejorará en gran medida su sensibilidad a la emisión continua de SgrA* y M87*”, explica Hugo Messias, astrónomo líder de ALMA para Observaciones VLBI. «Recientemente, se reveló que ALMA por sí solo puede proporcionar restricciones físicas críticas a los modelos adoptados por EHT para explicar las emisiones observadas, por lo que esta futura actualización beneficiará a todos».

La colaboración EHT ha realizado varias observaciones desde 2017 y está previsto que vuelva a observar Sgr A* en abril de 2024. Cada año, las imágenes mejoran a medida que el EHT incorpora nuevos telescopios, mayor ancho de banda y nuevas frecuencias de observación. Las ampliaciones y mejoras planificadas para la próxima década permitirán filmar películas de alta fidelidad de Sgr A* que podrían revelar un chorro oculto y observar características de polarización similares en otros agujeros negros. Por otro lado, extender el EHT al espacio proporcionaría las imágenes más nítidas de los agujeros negros jamás obtenidas.

Imágenes

La colaboración del Event Horizon Telescope (EHT), que produjo la primera imagen de nuestro agujero negro de la Vía Láctea publicada en 2022, ha capturado una nueva vista del objeto masivo en el centro de nuestra galaxia: cómo se ve en luz polarizada. Esta es la primera vez que los astrónomos han podido medir la polarización, una característica de los campos magnéticos, tan cerca del borde de Sagitario A*. Esta imagen muestra la vista polarizada del agujero negro de la Vía Láctea. Las líneas superpuestas en esta imagen marcan la orientación de la polarización, que está relacionada con el campo magnético alrededor de la sombra del agujero negro. Crédito: Colaboración EHT

 

A la izquierda, el agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea, Sagitario A*, se ve en luz polarizada; las líneas visibles indican la orientación de la polarización, que está relacionada con el campo magnético alrededor de la sombra del agujero negro. En el centro, la emisión polarizada del centro de la Vía Láctea, captada por SOFIA. En la parte trasera a la derecha, la Colaboración Planck cartografió las emisiones polarizadas del polvo a lo largo de la Vía Láctea. Crédito: S. Issaoun, Colaboración EHT

Información adicional

Esta investigación se ha presentado en dos artículos de la colaboración EHT publicados hoy en The Astrophysical Journal Letters: «First Sagittarius A* Event Horizon Telescope Results. VII. Polarization of the Ring» (doi:10.3847/2041-8213/ad2df0) y «First Sagittarius A* Event Horizon Telescope Results. VIII.: Physical interpretation of the polarized ring» (doi:10.3847/2041-8213/ad2df1).

El Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), una instalación astronómica internacional, es una asociación entre el Observatorio Europeo Austral (ESO), la Fundación Nacional de Ciencia de EE. UU. (NSF) y los Institutos Nacionales de Ciencias Naturales de Japón (NINS) en cooperación con la República de Chile. ALMA es financiado por ESO en representación de sus estados miembros, por NSF en cooperación con el Consejo Nacional de Investigaciones de Canadá (NRC) y el Ministerio de Ciencia y Tecnología de Taiwán (MOST), y por NINS en cooperación con la Academia Sinica (AS) de Taiwán y el Instituto de Ciencias Astronómicas y Espaciales de Corea del Sur (KASI).

La construcción y las operaciones de ALMA son conducidas por ESO en nombre de sus estados miembros; por el Observatorio Radioastronómico Nacional (NRAO), gestionado por Associated Universities, Inc. (AUI), en representación de Norteamérica; y por el Observatorio Astronómico Nacional de Japón (NAOJ) en nombre de Asia del Este. El Joint ALMA Observatory (JAO) tiene a su cargo la dirección general y la gestión de la construcción, así como la puesta en marcha y las operaciones de ALMA.

La colaboración EHT involucra a más de 300 investigadores de África, Asia, Europa, América del Norte y América del Sur. La colaboración internacional trabaja para captar las imágenes de agujeros negros más detalladas jamás obtenidas mediante la creación de un telescopio virtual del tamaño de la Tierra. Con el apoyo de una considerable inversión internacional, EHT vincula los telescopios existentes utilizando sistemas novedosos, creando un instrumento fundamentalmente nuevo con el mayor poder de resolución angular que se ha logrado hasta ahora.

Los telescopios individuales involucrados en el EHT en abril de 2017, cuando se realizaron las observaciones, fueron: el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), el Atacama Pathfinder EXperiment (APEX), el Telescopio de 30 metros del Instituto de Radioastronomía Milimétrica (IRAM), el Telescopio James Clerk Maxwell (JCMT), el Gran Telescopio Milimétrico Alfonso Serrano (GTM), el Submillimeter Array (SMA), el Telescopio Submilimétrico de la Universidad de Arizona (SMT) y el Telescopio del Polo Sur (SPT). Desde entonces, el EHT ha añadido a su red el Telescopio de Groenlandia (GLT), el IRAM NOrthern Extended Millimeter Array (NOEMA) y el Telescopio UArizona de 12 metros en Kitt Peak.

El consorcio EHT está formado por 13 institutos: el Instituto de Astronomía y Astrofísica de la Academia Sinica, la Universidad de Arizona, la Universidad de Chicago, el Observatorio de Asia Oriental, la Universidad Goethe de Frankfurt, el Instituto de Radioastronomía Milimétrica, el Gran Telescopio Milimétrico, el Instituto Max Planck de Radioastronomía, el Observatorio Haystack del MIT, el Observatorio Astronómico Nacional de Japón, el Instituto Perimeter de Física Teórica, la Universidad de Radboud y el Observatorio Astrofísico Smithsoniano.

 

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