Astrofísica mentora de PROVOCA desarrolló taller de astroacuarela y expuso ante la Comisión científica del Congreso Nacional

  • Incorporando astronomía y arte, Alejandra Rojas, astrofísica de la Universidad de Antofagasta y mentora de la iniciativa PROVOCA, que busca promover vocaciones científica entre mujeres y otras minorías subrepresentadas de la sociedad; despliega sus técnicas de comunicación efectiva y de pintura para enseñar sobre planetas y galaxias a la comunidad antofagastina. También compartió su mirada como mujer STEM ante la comisión científica del Congreso Nacional.

Alejandra Rojas Lilayú es astrofísica de la Universidad de Antofagasta, además de mentora de PROVOCA, iniciativa de AUI/NRAO que busca promover, guiar y acompañar vocaciones femeninas en el área STEM (por si sigla en inglés asociada a ciencia, informática, ingeniería y matemática), de modo de reducir la brecha de género en disciplinas hasta hoy dominadas por los hombres. Desde 2022 imparte un novedoso ciclo de talleres de astroacuarela para adultos mayores de Antofagasta, combinando la astronomía y el arte, poniendo en práctica la divulgación científica inclusiva, y haciendo uso de algunas técnicas de comunicación efectiva adquiridas durante su participación en el programa de formación de mentoras PROVOCA.

Respondiendo al espíritu de la iniciativa PROVOCA, Alejandra busca ampliar la divulgación de la astronomía y la astrofísica, impactando no sólo a las minorías de género subrepresentadas en la sociedad, sino también a otros segmentos como son los adultos mayores. «La ciencia sólo tiene sentido si es inclusiva», señala; y es que ella asegura que en la medida que el conocimiento salga de los laboratorios y las universidades, cobrará protagonismo en otros espacios de la sociedad chilena.

A través de su proyecto «Astroacuarela», Alejandra imparte talleres que abordan distintos tópicos de la astronomía, que incluye una pequeña clase teórica, para luego enseñar distintas técnicas de acuarela para plasmar lo aprendido a través de la pintura. Añade: «La idea es acercar la astronomía a la comunidad, de una forma relajada, regalando un momento de calma e inspiración a los participantes».

El taller lo inició el año pasado, con el apoyo de la Comisión de Vinculación del Centro de Astronomía de la Universidad de Antofagasta (CITEVA), a la cual pertenece. El Taller de Astroacuarela I es sobre Planetas y el Taller de Astroacuarela II es sobre Galaxias, y se ha dictado con éxito en tres Casas de Adulto Mayor de la Municipalidad de Antofagasta. Cada taller dura poco más de dos horas y en ellos se enseña sobre astronomía básica y algunas técnicas de acuarela, en las que Alejandra se sigue perfeccionando.  Actualmente, la mentora prepara un tercer taller, esta vez sobre Nebulosas; y espera ampliar su audiencia a todo tipo de público, incluyendo a niños y niñas.

Su formación como mentora PROVOCA sin duda le ha entregado herramientas para llegar de manera más efectiva a diversas audiencias, ello considerando las características de cada una de ellas. Asegura que en la medida que el mensaje se entrega de forma interesante para el público, la ciencia le hace sentido a la ciudadanía. Alejandra aprendió que compartir la ciencia no tiene límites, no necesita de grandes eruditos para ser incorporada como experiencia de aprendizaje, más allá del interés y la capacidad de sorprender con lo maravilloso que ofrece el Universo.

«Ser parte de la red PROVOCA junto a decenas de otras mujeres dedicadas a las STEM, me ha inspirado y motivado a sacar adelante este proyecto. La gratitud de los adultos mayores me ha ayudado a mejorar en términos de comunicación efectiva e incluso me ha permitido resolver mi «síndrome del impostor», ya que en más de alguna oportunidad, sentí que no era la indicada para liderar este tipo de iniciativas. Hoy me siento agradecida de la positiva respuesta de mis alumnos y alumnas, así como de mis estudiantes mentoreadas en PROVOCA, quienes con sus caras de asombro me confirman que estoy en el camino correcto y que puedo inspirar a otros incorporando la ciencia al arte, como un lenguaje universal e inclusivo», sostiene la científica.

 

Ser investigadora en Chile: su exposición ante el Congreso Nacional

Con el mismo propósito de mejorar la investigación y la divulgación científica de la astronomía, Alejandra tuvo la oportunidad, este mes, de exponer ante la Comisión de Futuro, Ciencias, Tecnología, Conocimiento e Innovación de la Cámara de Diputados, en el Congreso Nacional.

Su charla «Desafíos y Obstáculos de la Investigación Astronómica en Chile», no sólo profundizó en su área de investigación sobre núcleos activos de galaxias, sino también abordó la realidad de los investigadores en nuestro país. En este sentido, la astrofísica compartió ante la comisión las trabas y dificultades que surgen al momento de elegir una carrera en las ciencias y la investigación, entre ellas el visado para los colaboradores que buscan estudiar o trabajar a Chile, o algunos requisitos en cuanto a fondos de financiamiento, que muchas veces demoran la adecuada ejecución de los proyectos.

La instancia también le permitió mostrar su experiencia en el programa de mentoría PROVOCA, y el esfuerzo colectivo desde ahí, para concientizar a la comunidad sobre la importancia de las ciencias en el desarrollo del país y una mayor incorporación del talento femenino. Precisamente las técnicas de comunicación efectiva aprendidas en ese espacio de sororidad, le ayudaron a exponer sus inquietudes y desafíos frente a la comisión: «Tuve una buena recepción y los diputados se mostraron muy interesados en revisar y atender las inquietudes presentadas, por lo que estoy muy contenta con el resultado».

En la oportunidad, Alejandra expuso que: «Los astrónomos no estamos solamente en un observatorio viendo las estrellas, también generamos herramientas de programación y estadística, y uso de machine learning, lo que apoya el desarrollo del país». Lamentablemente, este capital humano en investigación muchas veces se ve obligado a buscar cada dos años un nuevo trabajo en otro lugar, dificultando el desarrollo de la vida familiar y el asentamiento; y viéndose obligado a migrar a la industria. Para Alejandra es fundamental concientizar a la sociedad sobre la importancia de la investigación y de buscar la compatibilidad de roles de la mujer para promover realmente la participación femenina en las STEM.

Si quieres ver esta presentación ante el Congreso, visita este link: https://www.youtube.com/watch?v=li50I6YoJJI (minuto 43.50)

 

Mentoras en formación del programa PROVOCA compartieron su «momento ajá» que definió sus vocaciones STEM

  • Al igual que el denominado «Eureka», el «momento ajá» es la instancia que marca un antes y un después en la trayectoria de toda mujer en las disciplinas STEM (ciencia, informática, ingeniería y matemática), gatillando la decisión vocacional. Un punto sin retorno en que descubren su identidad científica y su anhelo de convertirse en profesional de estas áreas del saber, que aún registran una baja participación femenina.

El pasado 30 de septiembre, estudiantes de educación superior y profesionales que hoy se entrenan para ser mentoras STEM, descubrieron cuál fue su «momento ajá», aquel instante que catapultó su vocación en ciencia, informática, ingeniería o matemática.

Las participantes del programa de mentoría 2023 son estudiantes universitarias, de postgrado, investigadoras y profesoras de educación superior, quienes buscan compartir su experiencia como mujeres en ciencias duras y adquirir habilidades que le permitan inspirar, guiar, acompañar y retener vocaciones científicas en niñas, jóvenes y mujeres.

Sonia Duffau, subgerente de divulgación en AUI/NRAO, encargada del programa PROVOCA, explica la importancia del entorno social en el estímulo permanente de vocaciones científicas no tradicionales en el desarrollo de las niñas y mujeres. Si bien cada niña y joven atraviesa experiencias que le acerca de acuerdo a sus intereses y habilidades a ciertas áreas del conocimiento; el ambiente social, familiar y formativo, cumple un rol fundamental en la promoción de las vocaciones en STEM, no sólo propiciando experiencias interesantes de aprendizaje o la cercanía a modelos de rol, sino también estimulando la identificación de aquellas capacidades y emociones que confirman la elección vocacional.

Las participantes, identificaron así en sus recuerdos: anécdotas, situaciones y personas que gatillaron en ellas el deseo de convertirse en profesionales de las STEM, confirmando la importancia de reencontrarse con ese instante que les hizo «click» en su trayectoria vacacional y que muchas veces se olvida o se desdibuja en la memoria.

Entre las mentoras en formación que participaron de la actividad, Jennifer Anguita, astrónoma y divulgadora científica, comentó: «A mis 9 años vi una película en la que la protagonista era una astronauta. En ese momento me convencí de que quería ser parte del mundo STEM y ahora sueño con acompañar a otras mujeres que quieran sumarse a este hermoso camino». Del mismo modo, María José Rain, astrónoma e investigadora postdoctoral en el Observatorio Europeo Austral, señaló: «Recuerdo cuando mis papás me regalaron mi primer telescopio y pasaba noches enteras intentando observar la Luna. Sabía que este era mi camino».

Por su parte, Paloma Nawrath, docente en biología especializada en la aplicación de la ciencia en el aula, puntualizó: «Mi momento ajá STEM fue cuando era muy pequeña y me gustaba jugar con detergente. Mi abuelo me motivó y me compraba diferentes productos para simular que era una científica y nunca pensé que esa experiencia calaría tan profundo en mi vida, que se convertiría en mi pasión. Hoy espero motivar a otras niñas y mujeres para que terminen los proyectos que empiezan, siendo un puente para que lo logren».

Durante la actividad, el programa PROVOCA además entregó a sus mentoras en formación otras herramientas para identificar sus perfil de comportamiento, de modo que cada una pueda determinar las características de su personalidad que favorecen la conexión y la comunicación con otras personas, y así focalizar sus esfuerzos por desarrollar una comunicación más asertiva, además de la empatía y la capacidad de escucha; cualidades determinantes para abrir puentes de conexión con otras generaciones de mujeres que viven su transición en las STEM.

Las jóvenes pudieron compartir en un clima de camaradería y confianza sus experiencias, para aprender entre sí y mejorar sus intervenciones con pares en la ciencia, y así contribuir al desarrollo y la retención de nuevos talentos femeninos en la ciencia.