Gracias al Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), un equipo de investigadores descubrió enormes nubes de carbono gaseoso que se extienden por más de 30.000 años luz alrededor de jóvenes galaxias. Es la primera vez que se confirma que los átomos de carbono producidos dentro de las estrellas del Universo primitivo se esparcieron fuera de las galaxias. Ningún estudio teórico había predicho la existencia de bolsas de carbono tan grandes alrededor de galaxias en etapa de crecimiento, y esto pone en tela de juicio nuestra comprensión actual de la evolución del cosmos.
