Revive la entrevista a Paulina Bocaz acerca de la Red de Mentoras PROVOCA y los desafíos planteados para su convocatoria 2022.

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16 de febrero, 2022
Los recientes avances en la impresión 3D (también conocida como fabricación aditiva) de estructuras metálicas permiten imprimir dispositivos electromagnéticos totalmente metálicos, como antenas y guías de ondas, según demanda. Una nueva asociación entre el Observatorio Nacional de Radioastronomía de los Estados Unidos (NRAO por su sigla en inglés), con sede en Charlottesville (Virginia), y Optisys, LLC, con sede en West Valley City (Utah), explorará el potencial de esta tecnología para su aprovechamiento en aplicaciones para la radioastronomía.
En radioastronomía, el desempeño de las antenas, las guías de ondas y otros dispositivos electromagnéticos, permite determinar la capacidad y sensibilidad de un radiotelescopio y la calidad de los datos científicos que proporcionan a los investigadores. Cuanto más capacidad y sensibilidad posea una antena y sus dispositivos, más podrán aprender los científicos sobre el Universo. El Laboratorio Central de Desarrollo (CDL) de NRAO prueba continuamente nuevas tecnologías para mejorar estos parámetros y construir mejores telescopios.
«Los requisitos de la ciencia siempre están empujando los límites de la tecnología, por lo que tenemos que invertir en nuevas tecnologías con el potencial de romper las barreras de rendimiento actuales», dijo Bert Hawkins, director del CDL. «Los dispositivos electromagnéticos impresos en 3D pueden tener todo tipo de formas, estructuras y diseños que son imposibles de realizar con las técnicas de mecanizado tradicionales. La nueva asociación entre NRAO y Optisys tiene el potencial de conducir al desarrollo de dispositivos que tengan la capacidad de superar a los utilizados actualmente en radioastronomía».
La asociación entre NRAO y Optisys es una colaboración natural para ambas organizaciones. El CDL de NRAO tiene una larga trayectoria adaptando y usando nuevas tecnologías para construir los receptores de radioastronomía con el mejor desempeño del mundo. Optisys es líder mundial en el diseño de productos de radiofrecuencia de última generación que utilizan la impresión metálica en 3D para su uso en una gran variedad de disciplinas de ingeniería.
«Optisys ofrece aumentar las capacidades de NRAO para la próxima generación de misiones de radioastronomía, proporcionando soluciones más pequeñas, ligeras y eficientes en guías de ondas y antenas, para plataformas de menos tamaño «, dijo Janos Opra, director general de Optisys. «Esta asociación pretende empujar la frontera de lo posible en el campo de la radioastronomía y elevar la ciencia a nuevas alturas mientras exploramos los misterios del Universo».
Optisys comenzará pronto la producción del primer dispositivo de prueba, un transductor ortomodal (OMT), cuya entrega se espera para finales de 2022. Los OMT separan las dos polarizaciones que se encuentran en muchas señales de radioastronomía y ayudan a los astrónomos a analizar los datos recogidos. El nuevo OMT impreso en 3D será comparado con los producidos mediante técnicas de mecanizado tradicionales y se utilizará como referencia para diseñar y mejorar futuros dispositivos.
«Todo gran avance en la ciencia comienza con un primer paso fundacional», dijo Opra. «Las pruebas realizadas por esta asociación son ese paso fundacional para crear la próxima generación de equipos de radioastronomía, aprovechando el potencial disruptivo de la fabricación aditiva».
Hawkins añadió: «Creemos que este esfuerzo conjunto con Optisys es un primer paso para ampliar la caja de herramientas que utilizarán los futuros ingenieros de investigación y diseño electromagnético del CDL. Esa caja de herramientas ampliada puede ayudarnos a desarrollar clases completamente nuevas de dispositivos para su uso en la próxima generación de radiotelescopios, incluyendo las actualizaciones del Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) y el Very Large Array de nueva generación (ngVLA)».
Tony Beasley, director de NRAO, dijo: «La comprensión del Universo requiere que ampliemos los límites de la ciencia, la tecnología y el conocimiento. El CDL ha estado a la vanguardia de este esfuerzo en radioastronomía durante décadas y, con la ayuda de Optisys, continuará liderando la industria en soluciones de vanguardia».
El Observatorio Nacional de Radioastronomía de los Estados Unidos es un centro de investigación y desarrollo de la Fundación Nacional de la Ciencia (NSF por su sigla en inglés), financiado con fondos federales de los Estado Unidos y gestionado por Associated Universities, Inc. mediante un acuerdo de cooperación.
Optisys, LLC es una empresa privada revolucionaria en el diseño y fabricación aditiva en metal de dispositivos de radiofrecuencia. El enfoque único de Optisys les permite crear productos altamente integrados para antenas y radares que logran un SWaP extremadamente bajo. Optisys cuenta con una amplia línea de productos que van desde alimentadores hasta conjuntos en fase, para aplicaciones en antenas y radares desde el mar hasta el espacio.
Amy C. Oliver
Directora de Información Pública y Noticias, NRAO
Responsable de Información Pública, CDL
aoliver@nrao.edu
Durante décadas, la ciencia fue evaluada, adjudicada y medida de acuerdo a criterios llamados de “excelencia”. Criterios que desconocían las condiciones de contexto, las barreras de entrada, la existencia de lenguajes y metodologías diversas y también el valor de ciertas líneas de investigación, de interés y valor para grupos menos representados dentro del sistema de CTCI.
La objetividad de la evaluación estaba dada por la participación de pares en el proceso, sin considerar la diversidad de esos pares como un factor relevante. Las trayectorias de las y los investigadores eran medidas de acuerdo a criterios de productividad científica, sin reconocer la existencia de diversas formas de productividad. Además, la actividad científica era financiada bajo condiciones iguales, sin considerar el territorio y sus características. Esto está cambiando. En eso consiste la conquista.
Si bien hoy persisten brechas importantes en el sistema de CTCI -tanto en la participación de mujeres como de territorios y de disciplinas-, estas brechas son visibles y sus causas no solo han sido identificadas, sino que también cuestionadas, estudiadas y abordadas para ser eliminadas. En un proceso de aprendizaje y escucha permanente. Hemos comprendido la profundidad de las desigualdades, y cómo éstas están enraizadas en los cimientos de nuestras instituciones. De manera colaborativa, guiados por la política de género, por las necesidades levantadas por las distintas asociaciones que hoy componen el sistema de CTCI e inspirándonos en la experiencia de otros países, hemos dado inicio a los primeros cambios. Así, nunca más un proyecto será evaluado por un panel compuesto sólo por investigadores hombres. Nunca más un centro de investigación, financiado por Anid, podrá tener una dirección que no sea diversa en género; y esperamos que siempre la diversidad en los equipos de investigación sea considerada como un factor de excelencia.
A estos primeros pasos, se sumarán otros. Este 2022 tenemos el desafío de aprender a valorar, durante el proceso de evaluación, no solo la diversidad, sino que también la perspectiva de género.
Tenemos que continuar generando capacidades en las universidades en materia de género; profundizar los mecanismos de distribución de recursos para aumentar la participación de proyectos en disciplinas y territorios hasta ahora subrepresentados. Este 2022 tenemos que continuar aprendiendo y resolviendo todas aquellas prácticas y procesos que durante años han modelado nuestro sistema, y avanzar en diversidad como un imperativo ético, como un aporte a la calidad de nuestra ciencia, como una realidad incuestionable para todas y todos aquellos que históricamente no han sido realmente considerados por el sistema. Porque ciencia más diversa es mejor ciencia.