La exitosa convocatoria obtuvo 147 postulaciones de niñas y jóvenes de todo el país, interesadas en recibir un acompañamiento de parte de mentoras PROVOCA de las áreas STEM, sigla en inglés asociada a ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas. El programa tendrá una duración de 8 meses y busca motivar y retener el talento femenino en carreras y oficios, aún muy masculinizados en Chile.
El programa de mentoría PROVOCA, dirigido a niñas y jóvenes con vocación en disciplinas STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas) recibió 147 postulaciones de estudiantes de enseñanza media y educación superior (universitaria y técnica) de todo el país. Del total de postulantes, 48 fueron las seleccionadas para recibir mentoría de científicas y profesionales en las áreas de astronomía, ingenierías, diseño industrial y física, entre otras.
Durante el 2021, 28 mujeres voluntarias que estudian o se desempeñan en las áreas STEM se formaron como mentoras PROVOCA para para acompañar y guiar durante ocho meses a niñas y jóvenes que han decidido seguir una carrera en estas disciplinas.
Paulina Bocaz, representante de AUI/NRAO en Chile y Líder de PROVOCA, señaló: «Desde el año 2019 impulsamos esta iniciativa que busca aumentar la representación femenina en carreras y ciencias mal llamadas duras. Este año asumimos un nuevo desafío de la mano de nuestras mentoras, para acompañar y retener el talento de mujeres en carreras STEM, pero también para motivar y guiar a las niñas de enseñanza media de todo el país».
Las postulantes seleccionadas pertenecen a las regiones de Arica y Parinacota, Antofagasta, Valparaíso, Metropolitana, Maule, Bío Bío, La Araucanía, Los Ríos, Aysén y Magallanes. De las 109 postulaciones recibidas de enseñanza media, entre las carreras de mayor interés destacan ciencias médicas, astronomía, física, química e ingenierías civiles. Asimismo, de las 38 postulaciones de educación superior, entre las carreras más estudiadas por las candidatas se encuentran las ciencias y licenciatura enfísica, la licenciatura en astronomía, ingenierías civiles y varias pedagogías.
Sonia Duffau, astrónoma y subgerente de divulgación de AUI/NRAO, celebró los resultados de la convocatoria y precisó: «Estamos muy satisfechas con el impacto de este programa de mentoría, lo que evidencia una gran necesidad de apoyo por parte de las niñas y mujeres que deciden elegir un camino STEM. Durante este año, las seleccionadas trabajarán en grupos de 4 estudiantes, acompañadas por dos mentoras de las áreas y disciplinas afines a sus intereses. En total tendremos 5 grupos de educación superior y 7 grupos de enseñanza media».
La convocatoria permaneció abierta durante el mes de abril para darle tiempo a las postulantes de conocer a las mentoras PROVOCA a través del sitio web y poder manifestar su preferencia, o bien por área de interés o por región de residencia.
Mediante sesiones virtuales, las jóvenes seleccionadas tendrán la oportunidad de comprender qué significa estudiar una carrera STEM, cómo postular, cuáles son las oportunidades laborales o académicas que existen en el futuro y cómo vencer barreras y sesgos que afectan a muchas mujeres que eligen este camino, siempre acompañadas por sus mentoras PROVOCA.
Sobre AUI/NRAO:
Associated Universities, Inc. (AUI) es una corporación estadounidense sin fines de lucro que, bajo convenio cooperativo con la Fundación Nacional de Ciencia de los Estados Unidos (NSF), opera el Observatorio Radioastronómico Nacional de los EE.UU. (NRAO).
En Chile, AUI/NRAO condujo la construcción y actualmente gestiona las operaciones del observatorio ALMA en representación de Norteamérica, junto con instituciones de investigación astronómica de Europa y Asia del Este.
En Estados Unidos, AUI maneja el Observatorio Green Bank (GBO) en Virginia Occidental, así como también el Karl G. Jansky Very Large Array (VLA) en Nuevo México, y el conjunto trans-continental de radio telescopios Very Long Baseline Array (VLBA), ambas instalaciones de NRAO.
Al analizar datos de la campaña de observación VLA Sky Survey (VLASS), un equipo de astrónomos descubrió una de las estrellas de neutrones más jóvenes que se haya observado. Las estrellas de neutrones son remanentes muy densos de una supernova, una estrella masiva que explotó. Las imágenes, obtenidas con el Karl G. JanskyVery Large Array (VLA), de la Fundación Nacional de Ciencia de Estados Unidos (NSF), indican que la brillante emisión de radio generada por el campo magnético del púlsar mientras gira acaba de emerger de una densa capa de escombros de la supernova.
El objeto, conocido como VT 1137-0337, se encuentra en una galaxia enana situada a 395 millones de años luz de la Tierra. Fue detectado por primera vez en una imagen del estudio VLASS en enero de 2018, y no apareció en una imagen de la misma región obtenida en 1998 en el marco de la campaña FIRST del VLA. Su existencia fue luego confirmada por observaciones del estudio VLASS realizadas en 2018, 2019, 2020 y 2022.
“Lo más probable es que estemos presenciando una nebulosa de viento de púlsar”, señala el estudiante de posgrado de Caltech Dillon Dong, quien cursará un posdoctorado en el marco del programa Jansky Postdoctoral Fellow en el Observatorio Radioastronómico Nacional de Estados Unidos (NRAO) este año. La nebulosa de viento de púlsar se genera cuando el intenso campo magnético de una estrella de neutrones que gira rápidamente acelera las partículas cargadas que la rodean hasta velocidades cercanas a la de la luz.
“Según sus características, este púlsar es muy joven; podría tener tan solo 14 años, y sin duda no tiene más de 60 u 80 años”, afirma Gregg Hallinan, director de tesis de doctorado de Dong en Caltech.
Los astrónomos anunciaron su hallazgo durante la asamblea anual de la Sociedad Astronómica Estadounidense (AAS), celebrada en Pasadena (California).
Dong y Hallinan descubrieron el objeto en datos de la campaña VLASS que NRAO emprendió en 2017 para estudiar todo el cielo visible desde el sitio del VLA, es decir, cerca del 80% de todo el cielo. El estudio implica un barrido exhaustivo del cielo tres veces seguidas en un plazo de siete años, siendo uno de los objetivos encontrar objetos pasajeros. Los astrónomos descubrieron VT 1137-0337 en datos del primer barrido que data de 2018.
Al comparar los datos de ese barrido con una campaña anterior del VLA llamada FIRST se revelaron 20 objetos pasajeros particularmente luminosos que podrían estar relacionados con galaxias conocidas.
“Este objeto destacó porque su galaxia está experimentando un brote de formación estelar, y por las características de su emisión de radio”, explica Dong. Se trata de una galaxia enana conocida como SDSS J113706.18-033737.1, que tiene cerca de 100 millones de veces la masa de nuestro Sol.
Al estudiar las características de VT 1137-0337, los astrónomos consideraron varias hipótesis: la posibilidad de una supernova, destellos de rayos gamma o que había sido un evento de disrupción gravitacional en el que una estrella es desintegrada por un agujero negro supermasivo. Al final concluyeron que la explicación más plausible era la existencia de una nebulosa de viento de púlsar.
Se trataría de una estrella mucho más masiva que el Sol, que pasó por la etapa de supernova y explotó, dejando detrás de sí una estrella de neutrones. La mayor parte de la masa de la estrella fue expulsada hacia fuera en una capa de escombros. Mientras la estrella de neutrones gira rápidamente, su poderoso campo magnético barre el espacio circundante y acelera las partículas cargadas. Esto, a su vez, genera una intensa emisión de radio.
Al comienzo, la señal de radio era bloqueada por la capa de escombros de la explosión, pero luego de que esta se disipara y perdiera densidad, las ondas de radio de la nebulosa de viento de púlsar finalmente emergieron.
“Esto sucedió entre la observación de la campaña FIRST en 1998, y la del estudio VLASS en 2018”, afirma Hallinan.
El ejemplo más famoso de una nebulosa de viento de púlsar probablemente sea la Nebulosa del Cangrejo, situada en la constelación Tauro, nacida de una supernova que brilló intensamente en el año 1054. Hoy el Cangrejo es fácilmente observable con telescopios pequeños.
“El objeto que encontramos parece tener cerca de 10.000 veces más energía que el Cangrejo, con un campo magnético mucho mayor”, comenta Dong. “Es posible que este emergiendo una `supercangrejo´”, agrega.
Si bien Dong y Hallinan sostienen que VT 1137-0337 es probablemente una nebulosa de viento de púlsar, también es posible que campo magnético de la estrella de neutrones sea tan intenso como para que entre en la categoría de las magnetoestrellas, un tipo de objetos altamente magnéticos. Las magnetoestrellas son las principales candidatas para explicar la existencia de misteriosos destellos rápidos de radio (FRB, por su sigla en inglés) que actualmente son objeto de un intenso escrutinio.
“En ese caso, sería la primera magnetoestrella observada en plena aparición, y eso también es muy emocionante”, celebra Dong.
En efecto, algunos destellos rápidos de radio también han estado relacionadas con la existencia de fuentes de radio persistentes, cuya naturaleza es igualmente un misterio. Tienen propiedades muy similares a las de VT 1137-0337, pero no han dado señales de experimentar variaciones muy pronunciadas.
“Nuestro hallazgo de una fuente muy similar recientemente activada sugiere que las fuentes de radio relacionadas con las FRB también podrían ser nebulosas de viento de púlsar luminosas”, afirma Dong.
Los astrónomos pretenden realizar observaciones adicionales para obtener más información sobre el objeto y monitorear la evolución de su comportamiento.
El Observatorio Radioastronómico Nacional de Estados Unidos (NRAO) pertenece a la Fundación Nacional de Ciencia de Estados Unidos (NSF) y es operado por Associated Universities Inc. (AUI) en virtud de un acuerdo de cooperación.
Al analizar datos de la campaña VLA Sky Survey, un equipo de astrónomos descubrió una de las estrellas de neutrones más jóvenes que se conocen. Quizás tenga tan solo 14 años. El denso remanente de una explosión de supernova salió a la luz cuando la brillante emisión de radio impulsada por el fuerte campo magnético del púlsar emergió de una espesa capa de escombros dejados por la explosión.
Arriba a la izquierda: Una estrella gigante azul, mucho más masiva que nuestro Sol, consumió todo su hidrógeno, su helio y sus elementos más pesados, incluido el hierro, mediante la fusión nuclear. Ahora tiene un pequeño núcleo de hierro (el punto rojo) en el centro. A diferencia de las etapas anteriores de fusión, la fusión de los átomos de hierro, en vez de liberar energía, la absorbe. Con el agotamiento de la energía generada por la fusión, que permitía a la estrella resistir su propio peso, la estrella colapsa rápidamente y gatilla una explosión de supernova. Arriba a la derecha: El colapso está en curso y produce una estrella de neutrones de alta densidad con un fuerte campo magnético en el centro (recuadro). A pesar de tener cerca de 1,5 veces la masa del Sol, la estrella de neutrones tiene tan solo el tamaño de Manhattan.. Abajo a la izquierda: La explosión de la supernova expulsa a gran velocidad una capa de escombros hacia el espacio interestelar. En esta etapa, la capa de escombros es lo suficientemente densa como para bloquear cualquier onda de radio proveniente de la zona de la estrella de neutrones. Abajo a la derecha: A medida que se extiende por algunas décadas, la capa de escombros de la explosión pierde densidad y termina volviéndose lo suficientemente fina para que pasen las ondas de radio. Esto permitió detectar en los datos de la campaña VLA Sky Survey la brillante emisión de radio generada por la estrella de neutrones que gira mientras su intenso campo magnético barre el espacio circundante y acelera las partículas cargadas. Este fenómeno se conoce como nebulosa de viento de púlsar. Créditos: Melissa Weiss, NRAO/AUI/NSF Dillon Dong and Gregg Hallinan
Imágenes de la región de VT 1137-0337 obtenidas con el VLA en 1998 (izquierda) y 2018 (derecha). El objeto se volvió visible para el VLA en algún momento entre esas dos fechas. Créditos: Dong & Hallinan, NRAO/AUI/NSF AUI NRAO Chile
Tras usar el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) para observar regiones donde se forman estrellas en la Gran Nube de Magallanes, un equipo de investigación descubrió la existencia de un turbulento fenómeno de tira y empuja en la región de formación estelar 30 Doradus. Las observaciones revelaron que, a pesar de una intensa retroalimentación estelar, la gravedad está influyendo en la nube molecular y, contra todo pronóstico científico, sigue empujando la formación de estrellas jóvenes y masivas. Los resultados de las observaciones se presentaron hoy en una conferencia de prensa durante la asamblea 240 de la Sociedad Astronómica Estadounidense (AAS, por su sigla en inglés), celebrada en Pasadena (California, EE. UU.), y se publicaron en la revista The Astrophysical Journal (ApJ).
30 Doradus es una gran región de formación de estrellas ubicada en las cercanías de la Vía Láctea (a tan solo 170.000 años luz de distancia), en el corazón de la famosa Nebulosa de la Tarántula, en la Gran Nube de Magallanes. Este cúmulo de estrellas, el más grande del vecindario cósmico, es un objeto de estudio ideal para quienes buscan comprender el nacimiento y la evolución de las estrellas. En el centro de 30 Doradus se encuentra una brillante cuna estelar que ha sido testigo del nacimiento de más de 800.000 estrellas y protoestrellas, entre ellas medio millón de jóvenes estrellas masivas y calientes. Esta región reviste especial interés para quienes estudian la formación estelar y la evolución de las galaxias, debido al efecto contrapuesto que se puede observar entre la gravedad y la retroalimentación estelar (un fenómeno donde una gran cantidad de energía devuelta a la región por estrellas jóvenes y masivas puede ralentizar la formación de nuevas estrellas), dos fenómenos que compiten entre sí, controlando la tasa de formación estelar.
Nuevas observaciones de 30 Doradus se llevaron a cabo con los receptores extremadamente sensibles de Banda 6 de ALMA, un observatorio coadministrado por el Observatorio Radioastronómico Nacional (NRAO) de la Fundación Nacional de Ciencia de Estados Unidos (NSF), revelando sorprendente información sobre la nube molecular. “Las estrellas se forman cuando las densas nubes de gas se vuelven incapaces de resistir la fuerza de gravedad. Nuestras nuevas observaciones revelaron claros indicios de que la gravedad está incidiendo en las partes más densas de las nubes, y a la vez mostraron muchos fragmentos de nubes de menor densidad y demasiado turbulentas como para que la gravedad las afecte”, explica Tony Wong, profesor de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign y autor principal del nuevo estudio. “En las partes de la nube más cercanas a las estrellas jóvenes y masivas esperábamos encontrar claras señales de que la gravedad era contrarrestada por la retroalimentación y, en consecuencia, ver una menor tasa de formación estelar. En cambio, nuestras observaciones confirmaron que, incluso en una zona con retroalimentación extremadamente activa, la gravedad sigue siendo bastante fuerte y la formación de estrellas es muy posible que continúe”.
Para tener una idea más clara sobre 30 Doradus, el equipo dividió la nube en zonas para ver cómo difieren unas partes de otras. Como las estrellas suelen formarse en las partes más densas de las nubes moleculares, era muy importante distinguir las zonas más densas de las menos densas para entender a cabalidad lo que sucede en 30 Doradus. Esta novedosa forma de proceder permitió definir un patrón. “Creíamos que las nubes de gas interestelar eran estructuras gordinflonas o redondeadas, pero está quedando cada vez más claro que se trata de estructuras estiradas o filamentosas”, afirma Tony Wong. “Cuando dividimos la nube en sectores para medir diferencias en la densidad, vimos que las partes más densas no tienen una distribución aleatoria, sino que están muy bien organizadas en estos filamentos. A su vez, los filamentos parecen ser moldeados por la gravedad, con lo cual son probablemente un paso importante en el proceso de formación estelar”.
A diferencia de la Vía Láctea, que presenta una tasa de formación estelar relativamente lenta, de unas siete estrellas (o el equivalente a cuatro masas solares) por año, las regiones de formación de estrellas de la Gran Nube de Magallanes, hogar de 30 Doradus, experimentan ciclos de “auge y caída” más marcados, los que muchas veces resultan en períodos de intenso nacimiento estelar. El equipo espera que los nuevos hallazgos, sumados a futuras investigaciones, arrojen luz sobre las diferencias entre la Vía Láctea y otras galaxias con formación estelar más activa, ayudando a comprender cómo la competencia entre la gravedad y la retroalimentación incide en la forma de las nubes moleculares y afecta la velocidad a la que se forman nuevas estrellas.
Remy Indebetouw, astrónomo de NRAO y coautor del estudio, comenta: “30 Doradus contiene el cúmulo de estrellas masivo más cercano a la Tierra. Este tipo de cúmulo puede actuar como una verdadera bomba en una galaxia, expulsando gas e incluso alterando su evolución en el largo plazo. Queremos entender en detalle cómo las nubes moleculares se convierten en estrellas: cuánto tardan, cuán rápido las estrellas recién formadas empiezan a afectar su nube materna y a lo largo de qué distancias. Estos son todos aspectos poco comprendidos por el momento. Observar estos cúmulos nos permitirá acercarnos un poquito a las respuestas”.
Según Wong, las observaciones están ayudando a los científicos no solo a entender las implicaciones científicas generales de los procesos de formación estelar, sino también a revelar la historia y el futuro de las galaxias. “Uno de los principales misterios de la astronomía es por qué todavía podemos presenciar estrellas formándose hoy. ¿Qué impidió que todo el gas colapsara en un enorme espectáculo de fuegos artificiales mucho tiempo atrás? Lo que estamos descubriendo ahora puede ayudarnos a ver lo que sucede en las entrañas de las nubes moleculares y entender mejor cómo las galaxias sostienen los procesos de formación estelar en el tiempo”.
Información adicional sobre el NRAO
El Observatorio Radioastronómico Nacional de Estados Unidos (NRAO) pertenece a la Fundación Nacional de Ciencia de Estados Unidos (NSF) y es operado por Associated Universities Inc. (AUI) en virtud de un acuerdo de cooperación.
Información adicional sobre el ALMA
El observatorio astronómico internacional Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) es una asociación entre el Observatorio Europeo Austral (ESO), la Fundación Nacional de Ciencia de EE. UU. (NSF) y los Institutos Nacionales de Ciencias Naturales de Japón (NINS) en cooperación con la República de Chile. ALMA es financiado por ESO en representación de sus estados miembros, por NSF en cooperación con el Consejo Nacional de Investigaciones de Canadá (NRC) y el Ministerio de Ciencia y Tecnología de Taiwán (MOST), y por NINS en cooperación con la Academia Sinica (AS) de Taiwán y el Instituto de Ciencias Astronómicas y Espaciales de Corea del Sur (KASI).
La construcción y las operaciones de ALMA son conducidas por ESO en nombre de sus estados miembros; por el Observatorio Radioastronómico Nacional (NRAO), gestionado por Associated Universities, Inc. (AUI), en representación de Norteamérica; y por el Observatorio Astronómico Nacional de Japón (NAOJ) en nombre de Asia del Este. El Joint ALMA Observatory (JAO) tiene a su cargo la dirección general y la gestión de la construcción, así como la puesta en marcha y las operaciones de ALMA.
Contacto:
Amy C. Oliver
Public Information Officer, ALMA
Public Information & News Manager, NRAO
+1 434 242 9584
aoliver@nrao.edu
Imagen compuesta de 30 Doradus en la Gran Nube de Magallanes
30 Doradus es una gran región de formación de estrellas ubicada en el corazón de la Nebulosa de la Tarántula. En esta imagen compuesta, los datos de ondas milimétricas del Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), correspondientes a los filamentos en naranja y rojo, figuran contrapuestos a los datos ópticos del Telescopio Espacial Hubble (HST). Un equipo de investigación que observó 30 Dor descubrió que, pese a la intensa retroalimentación estelar (que suele causar una disminución de la tasa de nacimiento estelar), la gravedad sigue afectando la región y permitiendo que se formen nuevas estrellas. Créditos: ALMA (ESO/NAOJ/NRAO), T. Wong (U. Illinois, Urbana-Champaign); S. Dagnello (NRAO/AUI/NSF) AUI NRAO Chile
Ampliación de la región sur de 30 Doradus
En esta ampliación de la región sur de 30 Doradus se aprecian algunas de las áreas grumosas que contribuyen a la formación de nubes de gas. A diferencia de la región norte, donde se encuentran protoestrellas masivas que tienen más de 5 veces la masa del Sol, la región sur alberga numerosas protoestrellas de masa similar a la del Sol. Las observaciones futuras con el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) permitirán a la comunidad científica entender por qué la actividad de formación estelar difiere entre las distintas regiones de 30 Dor. Créditos: ALMA (ESO/NAOJ/NRAO), T. Wong (U. Illinois, Urbana-Champaign); S. Dagnello (NRAO/AUI/NSF) AUI NRAO Chile
Ampliación de la región norte de 30 Doradus
AUI NRAO Chile
30 Doradus, ubicada en la Gran Nube de Magellanes
30 Doradus es una enorme región de formación de estrellas ubicada en la Gran Nube de Magallanes, en el corazón de la Nebulosa de la Tarántula. Está aproximadamente a 170.000 años luz de distancia de la Tierra. Crédito: IAU/Sky & Telescope AUI NRAO Chile