Diario El Mercurio destaca construcción de multicancha inédita en Observatorio ALMA

Vida, Ciencia y Tecnología de El Mercurio destaca la innovadora construcción de una multicancha con infraestructura de vanguardia en las instalaciones de ALMA. La iniciativa es impulsada por la Associated Universities Inc. (AUI) y el Observatorio Radioastronómico Nacional de Estados Unidos (NRAO), con el aporte de la Fundación Nacional de Ciencia de Estados Unidos (NSF).

Por inaugurar en 2023, en San Pedro de Atacama: Fundación Nacional de Ciencia de los Estados Unidos construye multicancha con infraestructura de vanguardia en el Observatorio ALMA

  • Una sorprendente «tenso estructura», construida con una cubierta de doble membrana inflada a presión, se erige en la zona cordillerana del desierto de Atacama. El megaproyecto, aún en construcción, constituye una edificación única en su tipo en la región por los materiales utilizados, uso de energía geotérmica e integración con el entorno natural.

El socio norteamericano del Observatorio ALMA, AUI/NRAO (Associated Universities Inc. y el Observatorio Radioastronómico Nacional de EE.UU.), construye un recinto deportivo multipropósito con tecnología de punta en el observatorio, gracias al generoso aporte de la Fundación Nacional de Ciencia de los Estados Unidos (NSF por su sigla en inglés). Esta llamativa estructura ovalada se erige a 2.900 metros de altura, a unos 30 kilómetros de San Pedro de Atacama y será inaugurada el primer semestre de 2023. “Esta construcción materializa un sueño de larga data: brindar a los trabajadores un lugar ideal donde realizar actividad física, promover una vida sana y estrechar lazos como comunidad”, declara Joseph E. Pesce, encargado del Observatorio ALMA en la NSF.

El proyecto incluye una revolucionaria estructura consistente en una armazón de vigas de madera laminada que se ancla sobre herrajes metálicos soldados a placas en la losa de hormigón, cubierta con dos membranas selladas e infladas a presión. Este diseño es capaz de soportar las inclemencias propias del lugar, como la extrema radiación UV, la gran amplitud térmica del desierto, los vientos, las tormentas de arena y las lluvias (e incluso nieve) que traen los inviernos altiplánicos.

La superficie construida es de 1.200 metros cuadrados y cuenta con un piso deportivo acolchado especial de 7mm de espesor, resistente al fuego, y demarcado con las medidas oficiales de canchas de tenis, futbolito, basquetbol y voleibol, además de una sala de máquinas y ejercicios. La edificación es accesible para personas con movilidad reducida, cumpliendo con la normativa vigente, y la iluminación interior responde a los requerimientos de toda competencia profesional. Aún así, el sistema de doble membrana prácticamente no permite el paso de luz al exterior, generando un nivel imperceptible de contaminación lumínica.

El recinto necesitó más de 1.700 m3 de hormigón y 150 toneladas de acero, alcanza los 12 metros de altura máxima interior, e involucró más de 200 mil horas de trabajo. El proyecto arquitectónico buscó reducir al máximo el impacto medioambiental, adoptando la forma y pendientes de los cerros y volcanes de la zona para estar en armonía con el entorno. Por esto el nivel de la cancha se encuentra a 3,5 metros bajo el nivel del terreno exterior, lo que además permite utilizar un sistema geotérmico de recirculación de aire que mantiene la estabilidad de la temperatura y ahorra energía.

Rodrigo Brito, gerente de administración y finanzas de AUI en Chile y gerente de este proyecto, dice: “Se trata de un extraordinario esfuerzo del equipo a cargo, pero también de la ingeniería y la arquitectura al combinar innovación y estética, integrando diferentes materialidades. Esto hace de Chile un ejemplo a nivel mundial en el estado del arte en materia de diseño y construcción al combinar la resistencia del hormigón armado, la nobleza de las vigas de madera y la última tecnología en telas para tensoestructuras de PVC con hebras pretensadas de fibra de carbono”.

El desarrollo de este ambicioso proyecto, que fue diseñado por el arquitecto Benjamín Murúa y adjudicado a la constructora Sergenco en 2018, no ha estado exento de las dificultades propias del entorno, tales como la ubicación geográfica y las complejidades logísticas. Sin embargo, la mayor dificultad que tuvo que superar fue la llegada de la pandemia. Las faenas se interrumpieron en marzo de 2020 cuando se produjo el cierre temporal del observatorio, en un esfuerzo por proteger a los trabajadores.

“Las restricciones sanitarias mantuvieron el proyecto paralizado por casi 2 años, hasta enero de 2022, cuando se reanudaron las obras. Durante este período tanto los cerca de 3.000 mil metros cuadrados de membranas, como las 20 vigas de madera de hasta 26 metros de largo, tuvieron que ser abandonadas a los 2.900 metros de altura, donde a pesar de los mejores esfuerzos estuvieron expuestas a los elementos. Nuestros equipos fueron capaces de adaptarse a las incertidumbres y sobrellevar los obstáculos que generó esta situación totalmente inédita”, comenta Paulina Bocaz, representante de AUI (Associated Universities Inc.), y directora adjunta de NRAO, ambas entidades impulsoras del proyecto.

Phil Jewell, director adjunto para las operaciones norteamericanas de ALMA y subdirector de NRAO, agrega que “La realización de este proyecto es una prueba más del compromiso de NRAO por impulsar el desarrollo y la innovación en Chile, como lo hemos venido haciendo desde hace muchos años. Chile es un actor clave en la astronomía mundial, no sólo por la calidad de sus cielos, sino que también por el excelente capital humano disponible. Esta multicancha apunta a mejorar la calidad de vida de todos quienes colaboran para empujar los límites del conocimiento humano y llevar a cabo nuestra misión desde el observatorio ALMA”.

Además de lo ya descrito, la multicancha contará con un acceso principal más dos vías de escape adicionales, un sistema de detección y extinción de incendio, una sala de primeros auxilios y un sistema ininterrumpido de energía para mantener infladas las membranas del techo. Los especialistas proyectan una vida útil de al menos 20 años para esta edificación.

 

Sobre la Fundación Nacional de Ciencia

La Fundación Nacional de Ciencia de los Estados Unidos (NSF, por su sigla en inglés) es una agencia federal independiente creada por el Congreso en 1950 para promover el progreso de la ciencia, el avance de la salud nacional, la prosperidad y el bienestar, y asegurar la defensa nacional. La NSF apoya el desarrollo de la investigación básica y de las personas para crear conocimiento que transforme el futuro.

Sobre AUI/NRAO

Associated Universities, Inc. (AUI) es una corporación estadounidense sin fines de lucro que, bajo convenio cooperativo con la Fundación Nacional de Ciencia de los Estados Unidos (NSF), opera el Observatorio Radioastronómico Nacional de los EE.UU. (NRAO).

En Chile, AUI/NRAO condujo la construcción y actualmente gestiona las operaciones del observatorio ALMA en representación de Norteamérica, junto con instituciones de investigación astronómica de Europa y Asia del Este.

En Estados Unidos, AUI maneja el Observatorio Green Bank (GBO) en Virginia Occidental, así como también el Karl G. Jansky Very Large Array (VLA) en Nuevo México, y el conjunto trans-continental de radio telescopios Very Long Baseline Array (VLBA), ambas instalaciones de NRAO.

 

Sobre ALMA

El Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), una instalación astronómica internacional, es una asociación entre el Observatorio Europeo Austral (ESO), la Fundación Nacional de Ciencia de EE. UU. (NSF) y los Institutos Nacionales de Ciencias Naturales de Japón (NINS) en cooperación con la República de Chile. ALMA es financiado por ESO en representación de sus estados miembros, por NSF en cooperación con el Consejo Nacional de Investigaciones de Canadá (NRC) y el Ministerio de Ciencia y Tecnología de Taiwán (MOST), y por NINS en cooperación con la Academia Sinica (AS) de Taiwán y el Instituto de Ciencias Astronómicas y Espaciales de Corea del Sur (KASI).

La construcción y las operaciones de ALMA son conducidas por ESO en nombre de sus estados miembros; por el Observatorio Radioastronómico Nacional (NRAO), gestionado por Associated Universities, Inc. (AUI), en representación de Norteamérica; y por el Observatorio Astronómico Nacional de Japón (NAOJ) en nombre de Asia del Este. El Joint ALMA Observatory (JAO) tiene a su cargo la dirección general y la gestión de la construcción, así como la puesta en marcha y las operaciones de ALMA.

«Mayor representación de mujeres y acciones de mitigación más ambiciosas, las grandes deudas de la COP27»

Hace algunos meses tuve la oportunidad de incorporarme al Ministerio del Medio Ambiente y formar parte de la delegación nacional de negociadores, que reúne expertos de diferentes ministerios y organismos públicos con experticia en diversas áreas vinculadas al cambio climático. Teniendo la oportunidad de ir a representar la posición de Chile en discusiones acerca de los mercados de carbono y negociar bajo el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre cambio climático en la convención climática COP27, en Egipto.

El próximo 12 de diciembre se conmemora un nuevo aniversario desde la adopción del Acuerdo de París, resultado obtenido en la COP21, que estableció por primera vez objetivos a largo plazo para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, buscando limitar el calentamiento global muy por debajo de 2°C, preferentemente a 1,5 °C, en comparación con los niveles preindustriales. Hoy, 7 años después de la adopción de este acuerdo, aún tenemos una gran deuda pendiente, los pocos avances logrados en esta COP para llevar adelante la ambición en mitigación y cumplir con los objetivos del Acuerdo de París, dejan un gran desafío de aquí en adelante si queremos mantener vivo el objetivo de 1.5 °C.

Poder participar de estas negociaciones significó para mí una experiencia de aprendizaje única, ya que asumí la responsabilidad de representar a mi país en las negociaciones de mercado de carbono junto a profesionales de otros ministerios. Pude vivir el cómo, a través de un trabajo en conjunto y transversal, se busca liderar en las decisiones globales de cambio climático, resguardando la posición de nuestro país.

Compartí escenario con expertos de diversas áreas y países, lo que me permitió conocer otras realidades y desafíos, y comprender, en ese contexto, los significativos avances que se han alcanzado en Chile y el rol del país en estas negociaciones. Papel que ha ido tomando fuerza y que se pudo ver reflejado en los grandes resultados facilitados gracias al equipo negociador chileno como la creación del fondo de pérdidas y daños, y la determinación de métricas para el cálculo de las emisiones comunes para todos los países.

Ahora, después de esta experiencia, me siento inspirada y motivada de trabajar para ir zanjando los temas que quedaron pendientes de acordar en esta COP27, como las emisiones evitadas y la remoción de emisiones. Temáticas que se irán evaluando durante el 2023 junto a los otros países para llegar el próximo año a una nueva COP en Dubai; siguiente instancia en la que podremos llegar a buscar consensos para operacionalizar los mercados de carbono y reflexionar acerca de los compromisos asumidos y los desafíos identificados.

Como mentora de un programa como PROVOCA, que busca promover una mayor participación de mujeres en carreras STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas), no puedo dejar de mencionar mi sorpresa al ver la baja participación femenina en las delegaciones nacionales de negociadores. Según una reciente publicación de la BBC, menos de un 34% de los negociadores en la COP27 fueron mujeres. Si bien la delegación chilena sí demostró paridad, resulta preocupante que en años en que género es un tema relevante en las negociaciones climáticas, haya tan poca representación de mujeres.

Las mujeres no podemos tener baja representación en reflexiones colectivas y discusiones tan significativas como son aquellas que competen al cambio climático. Hoy en día la incorporación de la perspectiva de género en el análisis de los efectos del cambio climático va tomando cada vez más relevancia, visión que toma más peso considerando que las mujeres representan cerca del 49% de la población mundial y el 80% de los refugiados climáticos son mujeres según datos de la ONU. Además, según estudios científicos que consideraron cerca de 91 países, las parlamentarias mujeres generan que se adopten políticas de cambio climático más rigurosas en los países, lo que resulta en menos emisiones de carbono. Entonces, debido al rol de la mujer en la toma de decisiones de cambio climático, si queremos aumentar la ambición y llegar a decisiones más representativas, al menos habría que partir por una mayor paridad de género en todas las temáticas de las negociaciones durante la COP.

El cambio climático nos exige movilizarnos como Estado, academia, industria y sociedad civil, de otro modo no lograremos los cambios que nuestro planeta necesita para sostener los objetivos establecidos bajo el Acuerdo de París. Como ingeniera civil industrial con especialización en cambio climático comprendí los desafíos y beneficios de impulsar una economía sustentable, y co-construir una sociedad sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Por eso, no quiero dejar de hacer un llamado a las niñas y mujeres que sientan esa pasión por construir un futuro mejor, sustentable y consciente con el medio ambiente, a que rompan los paradigmas, y así luchemos por lograr grandes cambios, influir en la toma de decisiones y hacer valer nuestro punto de vista desde nuestra perspectiva.

Autora: Cristina Figueroa Vargas, Negociadora climática del Departamento de Mitigación y Transparencia, División de Cambio Climático del Ministerio del Medio Ambiente, y

Mentora del Programa PROVOCA de AUI/NRAO.