AUI/NRAO Chile participa en el Festival de las Ciencias más austral del país

Con visitas a escuelas rurales de la región de Magallanes, charlas y conversatorios, el equipo de educación y divulgación de AUI/NRAO participó en el Festival de las Ciencias 2023. 

Más de 800 kilómetros sumó el odómetro del vehículo que transportó al equipo de educación y divulgación de AUI/NRAO durante el Festival de las Ciencias en la región de Magallanes. Cada kilómetro recorrido ayudó a cumplir el objetivo de llevar actividades y talleres astronómicos a escuelas rurales y comunidades de Puerto Natales, Torres del Paine y Punta Arenas.  

El Festival de las Ciencias nació el año 2019, junto a la instalación del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, con el fin de abrir espacios para que todas las personas, de todas las edades y en todo el territorio nacional, puedan descubrir la ciencia que les rodea y los conocimientos que poseen. Se trata de una celebración pública, gratuita y nacional, financiada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, que promueve la apropiación y producción social del conocimiento a través de actividades que fomentan cruces entre distintas disciplinas, generaciones y saberes, resaltando el valor científico de todas las regiones del país. 

En la región de Magallanes y la Antártica Chilena, la ejecución del festival fue adjudicada a la Cooperativa de Trabajo Rosas Silvestres. El festival se llevó a cabo entre el 1 y el 8 de octubre, con actividades en las comunas de Punta Arenas, Puerto Natales, Torres del Paine, Laguna Blanca, Porvenir y Puerto Williams, donde la programación incluyó actividades de divulgación que invitaron a la comunidad a sorprenderse con el Horizonte de conocimientos que se abre a través de las ciencias Oceánicas y Astronómicas. Associated Universities, Inc. (AUI) y el Observatorio Radioastronómico Nacional de Estados Unidos (NRAO) se sumaron a las más de 51 instituciones que participaron del Festival en la región más austral del país, realizando charlas, talleres, observación solar y participando de conversatorios. 

En el hito de inauguración del Festival en la comuna de Puerto Natales, el día martes 3 de octubre, estudiantes de distintas edades y de distintos establecimientos de la ciudad visitaron el stand de AUI/NRAO dispuesto en la escuela Bernardo O’Higgins. En la oportunidad, los estudiantes pudieron aprender cómo se realizaron las observaciones del agujero negro central de nuestra galaxia a través de placas táctiles, sobre distintos radio telescopios operados por NRAO y  cómo es trabajar en el observatorio ALMA, en el desierto de Atacama. 

Durante los días 4, 5 y 6 del mismo mes, las astrónomas Sonia Duffau y María Fernanda Durán trabajaron conceptos como distancias, tamaños, velocidades y proporciones con el taller “Las escalas del Sistema Solar” dirigido a estudiantes desde pre escolares a cuarto medio de distintas escuelas de la región, como la Escuela rural de Cerro Guido, de la comuna de Torres del Paine, o la de Seno Obstrucción en la comuna de Puerto Natales. “Tener el privilegio de poder llegar a escuelas rurales de la zona directamente y en persona, donde nos recibieron con entusiasmo y cariño, fue maravilloso. Las y los estudiantes eran participativos y curiosos, demostraron su interés y sorpresa con las actividades y materiales que les pudimos ofrecer y nos llenaron de ganas de volver. Cada kilómetro recorrido se pagó con la felicidad de saber que aportamos realmente a su formación, y ojalá a su inspiración, para seguir explorando y aprendiendo astronomía.» Gracias a la generosa colaboración del Observatorio Europeo Austral (ESO Chile), en cada actividad el equipo hizo entrega de pósters, postales y stickers con imágenes astronómicas para fomentar la curiosidad y el asombro con las maravillas del Universo. 

El día viernes 5 el clima permitió realizar observaciones solares con la comunidad de la Escuela Fronteriza Dorotea (la que se encuentra a unos 20 minutos en auto de Puerto Natales y a 3 minutos caminando de la frontera con Argentina) con quienes además se realizó el taller sobre las escalas del Sistema Solar. “Estamos muy contentas de que las nubes dieran tregua y nos hayan permitido mostrar a la comunidad de la Escuela la actividad del Sol, con sus manchas y protuberancias.”, afirma Durán, “Todo se dió esta vez, ya que en una visita previa a la escuela el año 2022, no pudimos llegar con un telescopio solar, pero hoy, aún con nieve en el suelo, lo hemos podido hacer. Consideramos que este tipo de experiencias son realmente importantes para despertar la curiosidad, no sólo de los más chicos, si no de cualquier persona.”

Finalmente, Duffau y Durán, participaron de un conversatorio junto con el astrónomo del observatorio ALMA José Gallardo , la astrónoma Alexandra Suárez (parte del equipo organizador del Festival y mentora de la iniciativa PROVOCA de AUI/NRAO), y el astrónomo amateur Juan Almonacid. En la ocasión, los asistentes pudieron aprender sobre el cielo austral, sobre cómo se hace astronomía desde Chile, y sobre cómo cada uno, desde todos los rincones de Chile, puede observar y disfrutar de nuestro cielo. La astrónoma Alexandra Suárez comenta: “El tener al equipo de AUI/NRAO desplegado por el extenso territorio de la región de Magallanes, entregó un valor incalculable al Festival de las Ciencias. El llegar a localidades donde las oportunidades son muy poquitas y donde la astronomía puede verse como una ciencia lejana, hizo que muchas más personas se maravillaran con el Universo. Desde la organización del Festival y personalmente, sólo tengo palabras de agradecimiento para el equipo de AUI/NRAO, y como mentora Provoca estoy orgullosa de pertenecer a una red virtuosa de mujeres que aprecian y motivan el poder social de la ciencia.”

“Nos vamos muy agradecidas de la recepción que tuvimos en cada localidad que visitamos. Incluso tuvimos el honor de ser recibidas por la Alcaldesa Anahí Cárdenas y el Asesor cultural del municipio de Torres del Paine, Jorge Fuentes, con quienes pudimos conversar sobre la importancia de que iniciativas de divulgación científica lleguen a todos los rincones del país.”, agregó Durán. 

 

Doctor Paul Vanden Bout dictará la Cátedra Karl Jansky

Cinco décadas en astronomía milimétrica de punta: desde el descubrimiento de moléculas en el espacio hasta la obtención de imágenes de nuevos sistemas solares

Associated Universities, Inc. (AUI) y el Observatorio Nacional de Radioastronomía de los Estados Unidos (NRAO) otorgaron la Cátedra Karl G. Jansky 2023 al Dr. Paul A. Vanden Bout, científico senior emérito de NRAO. La Cátedra Jansky es un honor establecido por los fideicomisarios de AUI para reconocer las destacadas contribuciones al avance de la radioastronomía.

Después de obtener su doctorado de la Universidad de California, Berkeley, el Dr. Vanden Bout fue pionero en el trabajo en astronomía de longitud de onda milimétrica en el Observatorio McDonald. Fue Director de NRAO de 1985 a 2002, y supervisó la finalización del Very Long Baseline Array, el Telescopio Green Bank, el Very Large Array extendido, ahora llamado Jansky Very Large Array, y el inicio del Atacama Large Millimeter/submillimeter Array ( ALMA). Fue Director Interino de ALMA de 2002 a 2003 y Jefe Interino del Centro Científico ALMA de Norteamérica de 2004 a 2005. ALMA es uno de los proyectos astronómicos más grandes del mundo, un conjunto complejo de 66 radiotelescopios ubicados en lo alto del Altiplano chileno. Uno de los mayores desafíos fue simplemente garantizar que ALMA tuviera éxito. “Todo gran proyecto tiene dificultades de financiamiento y situaciones complicadas. ALMA no fue la excepción”, afirmó el Dr. Vanden Bout. Más allá de su servicio como Director de NRAO, el Dr. Vanden Bout ha publicado casi 100 artículos de investigación. También es el primer autor de “El telescopio ALMA: la historia de un megaproyecto científico”, publicado por Cambridge University Press en 2023.

El Dr. Vanden Bout dictará su Cátedra Jansky, titulada “Astronomía milimétrica en NRAO – Algunos recuerdos personales”, en Charlottesville, VA, el miércoles 8 de noviembre; en el Observatorio de Green Bank en Green Bank, Virginia Occidental, el jueves 9 de noviembre; y en Socorro, NM, el viernes 17 de noviembre. 

Más información sobre los horarios y lugares de estos eventos en este enlace.

Otorgada por primera vez en 1966, la Cátedra Jansky lleva el nombre del hombre que, en 1932, detectó por primera vez ondas de radio de una fuente cósmica. El descubrimiento de las ondas de radio provenientes de la región central de la Vía Láctea realizado por Karl Jansky inició la ciencia de la radioastronomía.

Otros ganadores del premio Jansky incluyen ocho premios Nobel (los doctores Subrahmanyan Chandrasekhar, Edward Purcell, Charles Townes, Arno Penzias, Robert Wilson, William Fowler, Joseph Taylor y Reinhard Genzel), así como las doctoras Jocelyn Bell-Burnell, descubridora del primer pulsar, y Vera Rubin, descubridora de la materia oscura en las galaxias.

Lista de destinatarios anteriores de la Cátedra Jansky en este enlace (en inglés).

El Observatorio Nacional de Radioastronomía y el Observatorio Green Bank son instalaciones de la Fundación Nacional de Ciencias de los Estados Unidos (NSF), operadas bajo un acuerdo cooperativo por Associated Universities, Inc. (AUI).

Otro planeta: Multicancha en el observatorio ALMA, Chile por Benjamín Murúa Arquitectos

Nota: El siguiente artículo es una traducción del artículo original de Alejandra Celedón, publicado el 6 de octubre de 2023 en The Architectural Review: https://www.architectural-review.com/buildings/alma-sports-hall

El Observatorio ALMA  Atacama Large Millimeter/submillimeter Array está a unos 50 kilómetros al este de San Pedro de Atacama, en el norte de Chile: uno de los lugares más secos de la Tierra. A 5050 metros sobre el nivel del mar, 66 antenas de alta precisión funcionan como un radiotelescopio y capturan datos de cualquier punto desde muchas perspectivas diferentes. Un cerebro gigante con 66 ojos recopila datos en la computadora no militar más potente del mundo. Fue una colaboración global única: instituciones de tres continentes (América del Norte, Asia y Europa) están detrás de la iniciativa. Chile es el anfitrión para monitorear el cielo. La construcción del telescopio y las instalaciones que respaldan su operación fue posible gracias al esfuerzo conjunto de más de 20 países, y más de 10 nacionalidades están representadas entre la población de ingenieros, científicos y astrónomos, así como técnicos, personal de mantenimiento y trabajadores de servicios. En 2003 se colocó la primera piedra del mayor proyecto astronómico jamás desarrollado, y el proyecto se inauguró oficialmente una década después.

ALMA propone un modelo de colaboración e investigación, trabajando en un modelo de concesión de uso de suelo público, lo que significa que después de 50 años terminará su función y dejará un rastro mínimo, a diferencia de otras actividades en el desierto como la minería, que refuerzan explotación del suelo por parte de privados; La mina Salar de Atacama, la reserva de litio más extensa de propiedad privada, es visible a lo lejos desde el campamento del observatorio. Pero en otros aspectos, el complejo del observatorio todavía recuerda la tradición de los asentamientos mineros del norte de Chile que surgieron en medio del desierto e incluían escuelas, iglesias, piscinas y otras instalaciones, como los pueblos de extracción de salitre María Elena y el abandonado Humberstone. El campamento base de ALMA, a sólo 30 kilómetros del observatorio y a 2900 metros sobre el nivel del mar, puede que no incluya escuelas ni iglesias, pero sí cuenta con un spa, una piscina, una zona para asados y, en su incorporación más reciente, una multicancha deportiva con gimnasio.

The Architectural Review
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El techo inflable enlaza con una tradición de estructuras neumáticas del siglo XX en Chile, desde las aulas neumáticas de la década de 1980 dirigidas por Juan Baixas en la Universidad Cátolica de Valparaíso hasta las arquitecturas inflables de Smiljan Radić, como el patio techado del Museo Precolombino en 2014, el pabellón inflable con forma de burbuja utilizado durante la Semana de la Moda de Londres en 2021 y 2022, y el gran auditorio temporal para la Bienal Chilena de Arquitectura y Urbanismo en Santiago a principios de este año.

La construcción realizó una operación transterritorial: cada material procedía de un rincón diferente del planeta. Trabajadores de diferentes ciudades y pueblos del norte de Chile y Bolivia construyeron el proyecto durante unas 200.000 horas. Las 20 vigas laminadas procedentes del sur de Chile pesaban en total unas 20 toneladas y fueron montadas mediante grúas. La tecnología de la estructura neumática provino de Alemania, y sus instaladores del Perú, en un esfuerzo conjunto e internacional. El edificio empujó a la arquitectura hacia territorios incómodos y desconocidos, y el equipo de construcción tuvo que reaccionar y adaptar varios procesos de ingeniería a lo largo del camino; la obra superó el desafío de construir en un sitio remoto, a gran altura, con vientos extremos, terreno difícil, poco oxígeno y una pandemia en medio del proceso. A 3.000 m sobre el nivel del mar, los 1.700 m3 de hormigón tuvieron que calentarse para fraguar y la falta de humedad provocó grietas: fue necesario riego automático para garantizar la compactación. Las vigas llegaron al sitio pero estuvieron almacenadas durante casi un año antes de ser instaladas debido al cierre por la pandemia, lo que provocó curvaturas y deformaciones que debieron corregirse. La membrana de PVC no podía estar en contacto con las vigas de madera por riesgo de desgaste, por lo que un carril de acero unido a las vigas mediante 35.000 placas de hierro distribuidas debían guiar la membrana.

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El proyecto es una multicancha: cancha es una palabra quechua empleada en Chile para referirse a la cancha o marco del terreno donde se practican deportes. Quiere decir: recinto, enrejado, espacio destinado a deportes o espectáculos específicos, demarcado con tiza para delinear el juego. Una cancha materializa una aspiración de larga data de los trabajadores del observatorio y fue financiada por la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos “como una forma de promover el bienestar del personal”. En su propuesta para la Bibliothèque Nationale de France en 1989, Bernard Tschumi propuso que el intelectual del siglo XXI también debe ser deportista, e incorporó una pista de atletismo en su diseño para la biblioteca. La gran escala de la multicancha de ALMA hace una afirmación similar. Hay una cancha en cada barrio y en cada pueblo de Chile; delimitado con tiza, marcado con ladrillos, vallado, con o sin luces, es el lugar de encuentro diario, de construcción colectiva, de celebración y de encuentro. En esos espacios se desarrolla la vida comunitaria cotidiana y, según los trabajadores, la multicancha de ALMA no es la excepción.

El aire es más fino y transparente en el desierto de Atacama, lo que permite una observación espacial más precisa. Las antenas dibujan el tramo desde la Tierra hasta el cielo; Al medir esa distancia, estudia el universo que permanece oculto a nuestros ojos pero que se vuelve visible a la longitud de las ondas de radio. Ni completamente por encima ni por debajo de la línea del horizonte, el proyecto refuerza la intersección del desierto con este cielo, hundiéndose y atravesando capas geológicas. El desierto hace visibles épocas en los diferentes suelos, diferencias sedimentarias y sutiles cambios de color. Alrededor del campamento base, barrancos formados por el agua que proviene de las montañas durante el invierno altiplano ocultan la vida a la vista humana: musgos invisibles, minerales ocultos (desde salitre hasta litio), salinas y tapetes microbianos. El paisaje aparentemente inerte (piedra, nube, grieta, liquen) contiene los orígenes mismos de la vida en el planeta. El documental chileno de 2010 Nostalgia de la Luz narra dos búsquedas paralelas realizadas en el desierto de Atacama: una de astrónomos que buscan respuestas sobre la historia del cosmos en el cielo, y otra de mujeres que buscan restos de a sus familiares desaparecidos en el terreno, asesinados por el régimen de Pinochet. Han pasado cincuenta años del golpe militar y ninguna de estas búsquedas se ha agotado.