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PROVOCA, este 2025 somos un programa abierto a todos y todas: apoyando el talento donde sea que se encuentre.

Respondiendo a la demanda que cada año hemos recibido de compañeros y colegas de nuestras estudiantes y mentoras, PROVOCA realizó este año la primera convocatoria mixta. Tanto el programa de formación de mentores como el de mentorías estudiantiles se abrió a profesionales STEM y estudiantes con vocación en estas áreas, sin distinción de género. Con un crecimiento del 87% en las postulaciones, de las 238 postulaciones del 2024 a las 446 este 2025, PROVOCA logró batir todos sus récords.

Del total de las postulaciones a todos los programas, 29% correspondió a varones, demostrando el interés del talento masculino por recibir el acompañamiento y desarrollar las habilidades que el programa PROVOCA ofrece.

Este año partieron 15 grupos de mentoría (60 estudiantes en total, incluyendo la participación de una estudiante de la comunidad sorda), y una generación nueva de mentores y mentoras en formación (23 personas), con la participación también de una estudiante de la comunidad sorda.

Esta iniciativa, de alcance nacional gracias a la virtualidad y el desarrollo de las sesiones online, llegó a convocar participantes de todas las regiones del país.

Hoy, ya a mitad del programa, estamos iniciando el proceso de presentación de las ideas y los grupos de trabajo para los proyectos de certificación, en el caso de los mentores y mentoras, que culminará el 13 de diciembre con la presentación de los mismos en la ceremonia de certificación 2025.

El tema a desarrollar este año es ¿qué problemática de los y las estudiantes interesados o desarrollándose en las STEM te motiva? ¿qué quieres hacer como mentor o mentora para alivianarles la carga? En esta actividad cada año vemos originalidad, no solo en los temas propuestos, sino que también en los formatos (podcast de conversación, juegos para colegio, charlas y conservatorios, material informativo y encuestas, etc.)

En línea con el espíritu PROVOCA, los mentores y mentoras iniciarán un camino de dos meses para ejecutar sus proyectos, demostrar su capacidad de colaboración y su compromiso con los y las estudiantes.

Por su lado, en el programa de mentorías, los y las estudiantes están aprendiendo sobre el poder de la comunicación como una habilidad técnica STEM, en vista de que es a través de ella que podemos manejar algunas de las poderosas herramientas de Inteligencia Artificial disponibles. Junto a esta nueva sesión prontamente podrán trabajar en sus grupos de mentoría el tema de la procrastinación, el fenómeno de posponer tareas importantes arriesgando la posibilidad de realizarlas bien y a tiempo, así como la salud mental de quien las enfrenta. Ambas son sesiones nuevas para PROVOCA 2025. Complementario a estas o otras sesiones, los y las estudiantes han ido construyendo su plan de trabajo para el primer semestre del 2026, con la idea de que cuando nos volvamos a ver, para su ceremonia de cierre a mediados del 2026, podamos ayudarles y apuntalarles en sus objetivos futuros. Queremos tener estudiantes pro-activos que tomen las riendas de su vocación y carrera.

Mientras se entrena la primera generación mixta de mentores y mentoras 2025, el desafío de las mentorias estudiantiles mixtas lo tomaron las mentoras ya certificadas, quienes se han formado desde el 2021. El entusiasmo que mostraron al acoger a sus grupos es testimonio de todo lo que se recibe de vuelta al compartir generosamente sus experiencias de vida y los aprendizajes a lo largo de sus carreras con las nuevas generaciones. Cada año contamos con más mentoras voluntarias que las que podemos acomodar en grupos de mentoría, pero seguimos en contacto para ofrecerles más oportunidades de desarrollo y visibilización. Queremos apoyar a nuestros mentores y mentoras para que ellos y ellas también sigan sus ambiciones con más ganas y mejores herramientas.

PROVOCA se enriquece con las experiencias y testimonios de todos y todas. Para más información y activar las alertas de convocatoria el próximo año, revisa www.provoca.cl

Agua detectada en un cometa puede contener pistas al inicio de la vida en la Tierra

Nuevas observaciones de ALMA muestran que el agua en el cometa 12P/Pons-Brooks, coincide con los océanos de la Tierra, lo que refuerza la teoría de que los cometas pueden haber contribuido a hacer habitable nuestro planeta.

Una nueva investigación ha descubierto fuerte evidencia convincente de que el agua de un cometa es muy similar a la que se encuentra en los océanos de la Tierra, lo que respalda la idea de que los cometas podrían haber desempeñado un papel crucial en el abastecimiento de agua —y posiblemente algunos de los componentes moleculares de la vida— a nuestro planeta.

Por primera vez se ha logrado un mapeo espacial detallado no sólo del agua ordinaria (H₂O) si no que también del agua «pesada» (HDO, que contiene el isótopo más pesado, el deuterio) en la nube de gas que rodea el núcleo del cometa 12P/Pons-Brooks, su coma.

Durante su aproximación al Sol, un equipo internacional de científicos, liderado por Martin Cordiner, del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA, cartografió la distribución de ambos tipos de agua gracias a observaciones logradas con el Observatorio ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array) desde el desierto de Atacama.

Las observaciones de ALMA se combinaron con datos sobre agua y otros gases, obtenidos con el Telescopio Infrarrojo (IRTF) de la NASA, para obtener una imagen más completa del cometa. Al combinar las capacidades complementarias de estos dos telescopios, los investigadores pudieron medir con mayor precisión la proporción de deuterio a hidrógeno (D/H) en el agua del cometa, una huella química que ayuda a rastrear el origen y la historia del agua en todo el Sistema Solar. Sorprendentemente, se descubrió que la proporción D/H del agua en 12P/Pons-Brooks era prácticamente indistinguible de la de los océanos terrestres. La medición, (1,71 ± 0,44) × 10−4, es la proporción más baja jamás medida en un cometa tipo Halley y se encuentra en el extremo inferior de los valores observados previamente en otros cometas.

“Cometas como éste son reliquias congeladas del nacimiento de nuestro Sistema Solar hace 4.500 millones de años”, afirmó Cordiner. “Dado que se cree que la Tierra se formó a partir de materiales carentes de agua, desde hace tiempo se ha sugerido que los impactos de cometas son una posible fuente de agua para nuestro planeta. Nuestros nuevos resultados proporcionan la evidencia más sólida hasta la fecha de que al menos algunos cometas tipo Halley transportaron agua con la misma firma isotópica que la encontrada en la Tierra, lo que respalda la idea de que los cometas podrían haber contribuido a la habitabilidad de nuestro planeta”.

Los cometas tipo Halley son una clase de cometas con períodos orbitales intermedios (entre 20 y 200 años) y visitan el Sistema Solar interior con poca frecuencia. Los hallazgos del estudio son significativos, ya que mediciones previas en otros cometas a menudo mostraban agua con una relación D/H diferente a la de la Tierra, lo que deja en duda el origen cometario del agua terrestre. Esta nueva medición sugiere que algunos cometas, en particular aquellos como el 12P/Pons-Brooks, podrían haber traído agua, y posiblemente otros elementos esenciales para la vida, a una Tierra joven.

La investigación también confirma el origen de los gases observados, proporcionando una imagen más precisa de la verdadera composición del cometa. «Al mapear tanto el H₂O como el HDO en la coma del cometa, podemos determinar si estos gases provienen del hielo congelado dentro del cuerpo sólido del núcleo, en lugar de formarse a partir de procesos químicos u otros procesos en la coma gaseosa», declaró Stefanie Milam, de la NASA, coautora del estudio.

Las observaciones fueron posibles únicamente gracias a la excepcional sensibilidad y las capacidades únicas de obtención de imágenes de ALMA, que permitieron al equipo detectar la tenue firma de agua pesada que emana de las regiones más internas de la coma, algo que nunca antes se había mapeado en un cometa.

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El artículo científico, titulado «A D/H ratio consistent with Earth’s water in Halley-type comet 12P from ALMA HDO mapping», fue publicado en la revista Nature Astronomy por Cordiner et al.

Este comunicado de prensa se basa en la publicación original del National Radio Astronomy Observatory (NRAO), socio de ALMA en representación de América del Norte.

El Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), una instalación astronómica internacional, es una asociación entre el Observatorio Europeo Austral (ESO), la Fundación Nacional de Ciencia de EE.UU. (NSF) y los Institutos Nacionales de Ciencias Naturales de Japón (NINS) en cooperación con la República de Chile. ALMA es financiado por ESO en representación de sus estados miembro, por NSF en cooperación con el Consejo Nacional de Investigaciones de Canadá (NRC) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de Taiwán (NSTC), y por NINS en cooperación con la Academia Sinica (AS) de Taiwán y el Instituto de Ciencias Astronómicas y Espaciales de Corea del Sur (KASI).

La construcción y las operaciones de ALMA son conducidas por ESO en nombre de sus estados miembros; por el Observatorio Radioastronómico Nacional (NRAO), gestionado por Associated Universities (AUI), en representación de Norteamérica; y por el Observatorio Astronómico Nacional de Japón (NAOJ) en nombre de Asia del Este. El Joint ALMA Observatory (JAO) tiene a su cargo la dirección general y la gestión de la construcción, así como la puesta en marcha y las operaciones de ALMA.

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Orígenes del agua terrestre. Se cree que el H₂O terrestre fue traído hace varios miles de millones de años por una combinación de impactos de cometas, asteroides y meteoritos. A diferencia de hallazgos previos, un nuevo trabajo con el telescopio ALMA muestra que la relación isotópica (D/H) en el agua terrestre es consistente con el vertido por cometas de tipo Halley. Crédito: NASA / Theophilus Britt Griswold.

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La cosecha secreta del universo: ALMA revela “uvas cósmicas” junto al telescopio espacial James Webb

Un equipo internacional ha descubierto una galaxia en rotación con una estructura bastante «grumosa» que existió tan solo 930 millones de años después del Big Bang (z = 6.072). Estas nuevas observaciones arrojan nuevas luces sobre el crecimiento y evolución de las galaxias en el universo primitivo. Apodada «Uvas Cósmicas», esta galaxia parece estar compuesta por al menos 15 cúmulos masivos de formación estelar, cada uno entre 10 y 60 pársecs de tamaño, muchos más de lo que los modelos teóricos actuales predicen que podrían existir dentro de un solo disco en rotación en esa época temprana del Universo.

El descubrimiento fue posible gracias a una extraordinaria combinación de observaciones del Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) y el Telescopio Espacial James Webb (JWST), enfocadas en una sola galaxia que,  mediante el efecto de lente gravitacional, es perfectamente magnificada por un cúmulo de galaxias en primer plano. En total, se dedicaron más de 100 horas de telescopio a este sistema, lo que lo convierte en una de las galaxias más estudiadas del universo primitivo.

Aunque en imágenes previas del telescopio espacial Hubble la galaxia aparecía como un objeto suave y uniforme con forma de disco, la potente resolución de ALMA y JWST, potenciada por el efecto de lente gravitacional, reveló una imagen radicalmente distinta: una galaxia en rotación repleta de cúmulos masivos, similar a un racimo de uvas. Este hallazgo marca la primera vez que se vinculan las estructuras internas a pequeña escala con la rotación a gran escala en una galaxia típica del amanecer cósmico, alcanzando resoluciones espaciales de tan solo 10 pársecs (30 años luz aproximadamente).

Esta galaxia no representa un sistema extraño ni extremo. Se encuentra directamente en la secuencia principal de galaxias en términos de actividad de formación estelar, masa, tamaño y composición química, lo que significa que probablemente representa una población más amplia. De ser así, muchas otras galaxias aparentemente sin estructuras observadas por instrumentos actuales podrían estar compuestas en realidad por subestructuras similares invisibles, ocultas por las limitaciones de la resolución de las tecnologías actuales.

Dado que las simulaciones existentes no logran reproducir una cantidad tan grande de cúmulos en galaxias en rotación en épocas tempranas, este descubrimiento plantea preguntas clave sobre cómo se forman y evolucionan las galaxias. Sugiere que nuestra comprensión de los procesos de retroalimentación y la formación de estructuras en galaxias jóvenes podría requerir una revisión significativa. Las Uvas Cósmicas ofrecen una ventana única al nacimiento y crecimiento de las galaxias, y podría ser solo la primera de muchas otras galaxias de su tipo. Futuras observaciones serán clave para revelar si estas estructuras grumosas eran o no comunes en la juventud del Universo.

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El artículo científico, titulado Primordial rotating disk composed of at least 15 dense star-forming clumps at cosmic dawn, fue publicado en la revista Nature Astronomy por Fujimoto et al.

Este comunicado de prensa se basa en la publicación original del National Radio Astronomy Observatory(NRAO), socio de ALMA en representación de América del Norte.

El Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), una instalación astronómica internacional, es una asociación entre el Observatorio Europeo Austral (ESO), la Fundación Nacional de Ciencia de EE.UU. (NSF) y los Institutos Nacionales de Ciencias Naturales de Japón (NINS) en cooperación con la República de Chile. ALMA es financiado por ESO en representación de sus estados miembro, por NSF en cooperación con el Consejo Nacional de Investigaciones de Canadá (NRC) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de Taiwán (NSTC), y por NINS en cooperación con la Academia Sinica (AS) de Taiwán y el Instituto de Ciencias Astronómicas y Espaciales de Corea del Sur (KASI).

La construcción y las operaciones de ALMA son conducidas por ESO en nombre de sus estados miembros; por el Observatorio Radioastronómico Nacional (NRAO), gestionado por Associated Universities (AUI), en representación de Norteamérica; y por el Observatorio Astronómico Nacional de Japón (NAOJ) en nombre de Asia del Este. El Joint ALMA Observatory (JAO) tiene a su cargo la dirección general y la gestión de la construcción, así como la puesta en marcha y las operaciones de ALMA.

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Impresión artística de la galaxia «Uvas Cósmicas», compuesta por al menos 15 cúmulos masivos de formación estelar, muchos más de los que los modelos teóricos actuales predicen que podrían existir dentro de un solo disco giratorio en esta época temprana. Crédito: NSF/AUI/NSF NRAO/B. Saxton.
Las Uvas Cósmicas aparecían inicialmente en datos anteriores del Hubble como una galaxia típica con un disco estelar liso (izquierda). Sin embargo, observaciones posteriores de alta resolución realizadas por el JWST (centro) y ALMA (derecha) revelaron que está compuesta por numerosos cúmulos estelares compactos incrustados en un disco de gas liso y giratorio. Los colores rojo y azul del panel derecho representan los movimientos del gas desplazados al rojo y al azul, respectivamente, que trazan la rotación del disco. Crédito: NSF/AUI/NSF NRAO/B. Saxton
Las Uvas Cósmicas aparecían inicialmente en datos anteriores del Hubble como una galaxia típica con un disco estelar liso. Sin embargo, observaciones posteriores de alta resolución realizadas por el JWST y ALMA revelaron que está compuesta por numerosos cúmulos estelares compactos incrustados en un disco de gas liso y giratorio. Los colores rojo y azul del panel derecho representan los movimientos del gas desplazados al rojo y al azul, respectivamente, que trazan la rotación del disco. Crédito: NSF/AUI/NSF NRAO/B. Saxton.

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