Emotivo encuentro de estudiantes graduadas del programa de mentoría PROVOCA 2023

  •  Cerca de 30 maravillosas jóvenes estudiantes de la iniciativa PROVOCA se reunieron el pasado 22 de junio para recibir su diploma de graduadas. Las jóvenes participaron en dinámicas junto a sus mentoras y compartieron sus testimonios, demostrando un amplio compromiso con nuestra red de mujeres STEM.

La firma de todas las jóvenes estudiantes plasmada sobre el lienzo de la generación, marcó el cierre de la ceremonia de graduación del programa PROVOCA de AUI/NRAO Chile. El pasado 22 de junio, en una lluviosa jornada, PROVOCA invitó a toda la generación 2023 de estudiantes a un evento presencial en Santiago. El calor humano y la sororidad colmaron el ambiente de este emotivo encuentro entre mentoras y estudiantes de enseñanza media y superior, instancia en que además se compartieron aprendizajes y testimonios.

Francisca Moreno, estudiante de cuarto medio y graduada del programa PROVOCA 2023, señaló: «PROVOCA me enseñó a que puedo salirme del molde de lo que dicta la sociedad normalmente, me guió y hoy sé que no soy la única que sueña con hacer cosas distintas. Me reconectó con mi niña interna que adoraba explorar y estoy muy agradecida de mis mentoras y del programa». Del mismo modo Javiera Martínez, también estudiante de cuarto medio, comentó: «PROVOCA me permitió conocer a una astrofísica que es lo que sueño con estudiar a futuro. Aquí aprendí a ser una mujer en la ciencia y de hecho en mi familia no hay ninguna científica, seré la primera».

Las jóvenes trabajaron en grupos junto a sus mentoras para desarrollar un proyecto audiovisual de cierre, que permita difundir el impacto de este programa de mentoría, como modelo para acercar referentes reales de científicas a las nuevas generaciones de mujeres STEM (acrónimo asociado a las disciplinas de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemática). Las actividades fueron diseñadas, organizadas y moderadas por el equipo PROVOCA, Sonia Duffau y María Fernanda Durán, astrónomas encargadas de divulgación y diversidad para AUI/NRAO Chile y para su iniciativa PROVOCA.

Emilia Ojeda, estudiante de pedagogía en matemática y física, señaló:  «este programa me ayudó a confirmar mi vocación científica y avanzar confiada en mi decisión, sintiendo que las STEM son un espacio propio y no ajeno». Asimismo, Catalina Sánchez, diseñadora web, agregó: » PROVOCA me ayudó con mi autoestima, me instó a seguir adelante y luchar contra el síndrome del impostor, y a entender que no hay límites para lo que uno quiere hacer»; y Francisca San Martín, licenciada en astronomía, añadió: «Muchas veces las mujeres en STEM nos sentimos solas y el camino se vuelve duro y surgen las inseguridades. En este grupo descubrí que mis preocupaciones no eran solo mías y que juntas podemos acompañarnos y superar nuestros miedos».

Por su parte, en representación de las mentoras participantes del programa en 2023, Camila Martínez, ingeniera de software del observatorio ALMA, en su tercer año como mentora, destacó: » Iniciativas como esta son muy importantes, ya que necesitamos acompañar a las niñas y mujeres que aún no están claras con una vocación STEM. Nosotras les contamos nuestras experiencias, lo bueno y lo malo, y eso les ayuda a conocer de cerca estas carreras y cómo deben prepararse para cursarlas si así lo deciden». Asimismo, para Javiera Toro, estudiante de astronomía y mentora por segundo año: «A partir de ayudar a los demás en esta iniciativa, soy capaz de conocerme mejor. Participar en PROVOCA como mentora me permite darme cuenta que la vocación científica no es solo un camino profesional sino un estilo de vida que necesito seguir desarrollando para seguir promoviendo vocaciones científicas entre las mujeres».

 

Acerca de la convocatoria para 2024

PROVOCA finalizó su tercera convocatoria para el programa 2024, registrando un sorpresivo interés entre las postulantes, con un 71% de aumento en las mujeres estudiantes de enseñanza media y superior técnica y profesional, y un 94% en el caso de mujeres próximas a finalizar sus carreras o profesionales en ejercicio, que desean formarse como mentoras STEM.

Un total de 64 niñas y jóvenes del país fueron seleccionadas para integrar la generación del programa de mentoría para estudiantes de PROVOCA 2024. Las estudiantes seleccionadas provienen de 10 de las 16 regiones del país, sus edades van desde los 14 hasta los 35 años y esta generación contará nuevamente con dos estudiantes de enseñanza media de la comunidad sorda, cuya lengua materna es la lengua de señas chilena. En 2024, el programa tendrá 16 grupos de mentoría.

Por su parte, las profesionales STEM que ingresaron al programa para formarse como mentoras, alcanzaron 23, representando a 8 regiones del país, y entre ellas se pueden encontrar ingenieras químicas, en obras civiles, geólogas, biólogas marinas, astrónomas y matemáticas, mientras que sus edades van desde los 22 a los 58 años.

Paulina Bocaz, líder de la iniciativa PROVOCA, señaló que: «AUI/NRAO no sólo tiene la misión científica de proveer los mejores datos en radioastronomía, sino también de despertar vocaciones científicas y aumentar la participación de grupos con baja representación en las carreras STEM, entre ellos mujeres, personas en situación de discapacidad y grupos originarios. Como mujeres sabemos que hay señales de avances en materia de género, pero aún resta un largo camino por recorrer. Confiamos en que los modelos de rol son pieza clave en este cambio y las mentorías sin duda logran cambiar vidas».

Creado en 2018 como un evento presencial inspirador, y posteriormente reflejado en una serie web que conectaba a modelos de rol femeninos en STEM y escolares con la misma vocación, PROVOCA lleva 3 convocatorias para su programa gratuito de mentorías, con el propósito de guiar, acompañar y motivar a mujeres con vocación en estas disciplinas a lo largo de todo Chile. Un espacio que, según sus organizadoras y participantes, alimenta esta inquietud y construye una comunidad de apoyo en las que sus integrantes comparten experiencias, inquietudes y temores, animándose a mantener su vocación STEM.

Ambos programas, para recibir mentoría y para formarse como mentoras, se basan en 3 objetivos fundamentales: aumentar el conocimiento sobre las disciplinas STEM, explorar y desarrollar habilidades en todos los ámbitos de la comunicación y el autoconocimiento, y crear una red de apoyo.

Durante 8 meses de formación, el programa refuerza habilidades clave en las candidatas a mentora para apoyar la toma de decisiones que lleven a las estudiantes a descubrir y dar su siguiente paso en STEM, al mismo tiempo que confirma y resignifica la experiencia de aquellas que ya se desempeñan en estas disciplinas.

En el caso de las estudiantes, el acompañamiento, que también dura 8 meses, provee de información de primera mano, tanto de la experiencia académica/laboral como de la vida que lleva una profesional STEM, a la vez que desafía a definir en términos concretos ese interés, y guía hacia la formación del plan para dar el siguiente paso en el camino.

El programa ya cuenta con 51 mentoras certificadas y 88 estudiantes que han participado de las mentorías PROVOCA. La iniciativa ha demostrado un alto nivel de adherencia y satisfacción por parte de las mentoras y las estudiantes, construyendo una comunidad de sororidad, contención y redes de conexión, que permiten fortalecer sus elecciones vocacionales e inspirar a otras niñas y mujeres, convirtiéndose así en motores de cambio social.

 

Sian Proctor en Chile: «Las mentorías son decisivas. Si puedes verlo, puedes serlo»

  • Tras un duro divorcio y el encierro de la pandemia, Sian Proctor, profesora de geociencia, doctora en educación científica y entonces piloto comercial, envió un video para ser una de las civiles que viajaría al espacio en la misión Inspiration4 (SpaceX) de septiembre 2021…y ¡lo consiguió!. Académica, artista, poeta y la primera mujer astronauta afroamericana en pilotear una nave al espacio, Sian visitó Chile e inspiró a jóvenes estudiantes y profesionales a seguir sus sueños y defender principios de justicia, equidad, diversidad e inclusión.

La Dra. Sian Proctor, profesora de geociencias y doctora en educación científica, saltó a la fama por ser la primera astronauta afroamericana en pilotear una nave espacial – Crew Dragon (SpaceX)- en 2021, cuando se realizó la primera misión Inspiration4, que hizo realidad el sueño de 4 civiles que viajaron al espacio. Sian visitó Chile y se reunió con mentoras de la iniciativa PROVOCA (de AUI/NRAO), jóvenes estudiantes y público general, gracias a una visita organizada por la Embajada de Estados Unidos en Chile, la Universidad Federico Santa María y AUI/NRAO, socio norteamericano del observatorio ALMA y creador del programa de mentoría «PROVOCA» para niñas y mujeres STEM.

En un fascinante relato, la astronauta de 54 años, compartió su historia de vida y la oportunidad que le permitió cumplir su sueño de viajar al espacio. Contó que su padre trabajó en la NASA y ella siempre quiso ver la Tierra desde la perspectiva orbital. «La gente se maravilla con la luz que emana de la luna, que está a solo 3 días de distancia de nuestro planeta, y su luz influye en nuestro estado anímico e incluso en nuestros sentimientos. Imaginen el poder y el brillo de la luz que emana de la Tierra cuando uno está en el espacio. El poder de la luz nos transforma y me gusta pensar que esa luz la genera nuestra humanidad».

Sian cuenta que en 2020 había cumplido 50 años, superado un duro divorcio y sobrevivido a la pandemia, al momento de enterarse del concurso de SpaceX, que abrió la posibilidad para que ciudadanos comunes viajaran al espacio gratuitamente, algo impensado hasta entonces.  El desafío estaba en enviar un video de dos minutos, capaz de conmover a un jurado, para ser el o la elegida, para tal privilegio. De este modo y valiéndose de su talento de poetisa, Sian hizo un sobrecogedor video que convencería a cualquiera, demostrando su amor por la vida y el universo. «Cuando supe que fui elegida, fue como ganarme el billete dorado de la fábrica de chocolates de Willy Wonka» (comenta entre risas).

«Los seres humanos venimos al mundo a explorar y observar, y así logramos aprender cosas increíbles antes desconocidas». Desde niña había soñado ser bombera y astronauta, y gracias a la inspiración de su padre, sabía que no debía abandonar sus sueños. «La vida está llena de esperanza y oportunidades. (…) Hace 4 años estaba en Arizona y pensaba que ya había enseñado por 25 años y tenía 50 años. Había vivido un año transformacional y en ese desorden surgió la creatividad y encontré una voz auténtica en mí. Si alguien me hubiera dicho que un año después viajaría al espacio, hubiera dicho que era una broma, y eso es una prueba de que todo es posible», sostiene Sian. «Todo vale la pena. A medida que uno avanza, siempre se abren nuevas oportunidades de vivir experiencias como esta. (…) A dos minutos del despegue, no tuve miedo, había llegado el momento que había esperado toda mi vida. Sentí la energía que nos impulsaba y diez minutos después estaba mirando el espacio desde la cápsula. Fue increíble».

 

Su encuentro con mentoras PROVOCA

Antes de su charla y conversatorio, la afamada astronauta quiso reunirse con dos mentoras de PROVOCA que dibujan y pintan en sus tiempos libres; Alejandra Rojas, astrofísica; y Tatiana López, estudiante de ingeniería civil aeroespacial y astronauta análoga -moderadora de la charla-, además de la artista urbana Silvana Zúñiga, también conocida como Animä Hop, invitada por PROVOCA al encuentro. En una reunión íntima llena de risas, las cuatro compartieron sus experiencias y su arte, como un aspecto que les permite expresar el amor que une a mujeres de todo el mundo en torno a la astronomía. «El Espacio es tuyo, es mío, es nuestro. Es una fuerza universal que nos une», aseguró la invitada internacional.

Sian valora profundamente el impacto que tienen las mentorías en la inspiración de las nuevas generaciones. Asegura que su primer mentor fue su padre, quien la animó a seguir sus sueños.

«Imagino cómo fue para quienes nacieron en 1940 y vivieron la segregación racial. Seguían creyendo en el sueño americano. A través de la educación se puede lograr cualquier cosa. Mis padres me inspiraron y hoy ya no están conmigo, no me vieron viajar al espacio, pero siguen conmigo». Y la vida le puso nuevos referentes para seguir inspirándola. «No conocí a otra mujer de color en la ciencia, durante mi educación desde el preescolar hasta mi doctorado. Era un desafío diario sentir que yo también era parte de ese lugar. Recuerdo que un día en la universidad, frente a mis dos profesores geólogos y mi única profesora de psicología cognitiva, dije que ya no podía más y que renunciaba. Mi profesora me apartó y me dijo: Eres mi estudiante y nos vamos a juntar cada semana. Ella fue mi primera mentora. Por eso les pido que busquen a quienes les inspire a dar lo mejor de sí y que crean en ustedes. Las mentorías son decisivas. Si puedes verlo, puedes serlo».

Entre risas, Sian cuenta que para un Halloween pudo ver niñas vestidas como ella. «Me siento afortunada de tener esta oportunidad de ser la primera mujer afroamericana en pilotear esta misión. Voy a usar este regalo para inspirar a otras», asegura.

 

«Justo, equitativo, diverso e inclusivo»

La astronauta destaca la generosidad de las iniciativas y empresas que hacen posible estos viajes y los accesos a oportunidades únicas como la que ella pudo disfrutar. Jared Isaacman pudo haber invitado a un grupo de amigos o a los mejores pilotos de combate, asegura Sian, pero decidió viajar con ciudadanos que no tendrían jamás la posibilidad de cumplir este sueño.

Inspiration4, para ella, se materializa en 4 conceptos: justicia, equidad, diversidad e inclusión. Si bien todos los viajeros tuvieron razones inspiradoras para ser los elegidos, lo cierto es que cualquiera podría haberlo hecho. Viajar al espacio es una de las acciones más peligrosas, pero todos los ganadores estaban dispuestos a correr ese riesgo a cambio de una experiencia inolvidable y única.

Dado que esta misión no aterrizaría, sino que daría vueltas en la órbita terrestre, la cápsula pudo ser modificada para tener vidrio y así disfrutar de las maravillas del espacio en primer plano. «Muchos pensarán: ¿para qué usar todo este dinero en la astronomía, si hace falta para resolver tantos problemas en la Tierra?. Lo cierto es que los problemas que se resuelven en el espacio, se pueden trasladar a nuestro planeta. Necesitamos probar tecnologías en situaciones extremas de temperatura, escasez de agua y energía, y así aprender para hacer de nuestro planeta un lugar más sostenible», precisa Proctor.

Al finalizar, Sian instó a las universidades a contribuir en este tipo de avances. «Chile tiene los cielos más oscuros y un paisaje diverso, y está en la punta alojando muchos de los más importantes observatorios del mundo, lo que lo ubica en un lugar privilegiado para simular nuevas exploraciones e investigaciones humanas, y para inspirar y poner a prueba el capital humano», concluyó.

 

Testimonios de las jóvenes chilenas

 

Tatiana López, estudiante de ingeniería civil aeroespacial y astronauta análoga, mentora PROVOCA

«Fue una experiencia fantástica que cambió mi perspectiva sobre cómo las artes impactan el mundo que nos rodea. (…) Ser moderadora en esta actividad me brindó la oportunidad de estar más cerca de modelos a seguir para muchas niñas en todo el mundo. En especial, Sian, una astronauta, artista y poeta, cuyas diversas facetas nos muestran cómo la exploración espacial puede inspirar la creatividad y el arte.

Fue una experiencia enriquecedora que no solo subraya la importancia de tener modelos a seguir desde temprana edad, sino que también destaca la relevancia de nuestro país en futuras misiones espaciales análogas. El privilegiado cielo y las similitudes de nuestro desierto de Atacama con la superficie marciana, posicionan a nuestra región como un lugar clave para el desarrollo espacial con misiones espaciales análogas».

 

Silvana Zúñiga «Anima Hop», artista urbana

«Fue una oportunidad increíble conocer una astronauta y además artista que pintó en el espacio. Compartimos sobre nuestros procesos artísticos, donde revisamos nuestras obras y hasta se llevó algunas obras mías de regalo, estoy muy feliz por la oportunidad.

Este encuentro fue algo inesperado, pero muy maravilloso. Unir el arte, la pintura, con las ciencias del espacio es algo que no se ve normalmente, pero que es muy beneficioso para la educación y divulgación de la ciencia. Dentro de mis estudios busco a distintos artistas que han representado los astros y dentro de ellos hay algunos astronautas. Conocer a una en persona, y compartir nuestras visiones y trabajos, fue algo increíble. Nos inspira y nos recuerda a que los sueños se hacen realidad y que no hay que dejar de luchar por ellos».

 

Alejandra Rojas, astrofísica y mentora PROVOCA

«Compartir este momento único con Tatiana y Silvana fue muy especial. Creo que a las tres nos inspiró profundamente no sólo su experiencia en STEM como astronauta, sino también la forma en que el arte nos conecta a nuestra fuerza interior, a nuestras emociones y se convierte en un verdadero motor para soñar y lograr nuestros objetivos por más imposibles que parezcan. Aquí es donde nuestro rol como mentoras PROVOCA cobra sentido, una se da cuenta que podemos lograr hacer un cambio desde nuestras propias experiencias, con todos los temores y motivaciones que sentimos. Los distintos caminos se van complementando y una nueva fuerza despierta en nosotras».

Los desafíos de ser mujer migrante STEM en Chile

  • Conoce el testimonio de la ingeniera Catalina Restrepo, de origen colombiano, y la física Victoria Westnedge, proveniente de Inglaterra, ambas residentes en Chile y mentoras de la iniciativa PROVOCA, de AUI/NRAO Chile, que busca acompañar a niñas y mujeres con vocación en las disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática). Falta de sororidad, discriminación y dificultades para ser valoradas, son algunas de las barreras que han debido sortear como mujeres STEM en el mundo laboral en Chile.

En Chile, el 38% de los investigadores son mujeres y el 4,8% de los académicos son extranjeros. Asimismo, el 8.7% de la población es migrante y de ellos, el 49.8% son mujeres. Ahora bien, las cifras de extranjeros ejerciendo en áreas específicas de la ciencia o su nivel de educación, son más vagas. Lo que sí es una realidad indiscutible, es que las mujeres son un segmento de la sociedad chilena con menor representatividad en las disciplinas denominadas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática), que gran parte de ellas son las únicas sostenedoras de sus hogares y por ende necesitan mejorar el nivel de sus ingresos, y si a ello sumamos que sean migrantes, el desafío de inclusión y equidad es aún mayor.

La iniciativa PROVOCA, de AUI/NRAO Chile, es justamente una prueba del esfuerzo por visibilizar a mujeres que han seguido su vocación STEM, acompañarlas para que confirmen su interés mientras cursan su enseñanza media y superior (técnica o universitaria), retener el talento femenino en la academia y las industrias; y capacitarlas una vez ya formadas, para que sean un modelo de rol cercano para las nuevas generaciones en Chile. A la fecha, este programa de mentoría ha contado con la participación de  51 mentoras y 88 estudiantes, y cerró la convocatoria para la versión 2024 con un número récord de postulaciones. Algunas de las mentoras son profesionales STEM que vienen de otros países y luchan por derribar aún más obstáculos que ya les impone la sociedad, para validarse en la comunidad científica como mujer STEM migrante.

Este es el caso de Catalina Restrepo, ingeniera de producción de la Universidad EAFIT de Medellín, Colombia; y mentora de la iniciativa PROVOCA.  «La verdad, no imagino haber seguido otra vocación. Creo que fue el camino lógico, ya que siempre he estado en la búsqueda de por qué ocurren las cosas. En Colombia es bastante común que las mujeres estudien ingenierías; por ejemplo, a diferencia de Chile, la ingeniería civil informática tiene un gran porcentaje de mujeres, sin embargo en otras ingenierías -como la civil mecánica- la diferencia de género es mayor, pese a ello sus profesionales mujeres siempre sobresalen tanto académica como laboralmente», explica Catalina.

La ingeniera explica que cursar su carrera no fue complejo y sus padres se prepararon con anticipación para que pudiera acceder a una de las universidades privadas más costosas, en ese momento, en Medellín. «Acerca de mi futuro laboral, no lo pensé mucho, ya que mi universidad fue creada por la SOFOFA colombiana (ANDI, Asociación Nacional de Industriales) y tenía convenio de prácticas con todas las empresas de la asociación y un centro de egresados que conseguía fácilmente puestos de trabajo. Sin embargo, cuando di el viraje para convertirme en académica, sí se acotaron mis oportunidades, porque no estaban preparados para tener egresados interesados en quedarse en las aulas universitarias o sus laboratorios», añade.

A Chile, cuenta que llegó para hacer un postdoctorado vinculado a la industria. Un colega colombiano que había conocido cuando empezó su maestría en la Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín, visitó los laboratorios donde ella trabajaba y juntos postularon a los postdoctorados ANID en Chile, y finalmente ganaron una convocatoria interna del Centro de Desarrollo de la Nanociencia y la Nanotecnología (CEDENNA).

 

Validarse en la comunidad científica

Más que las barreras sociales o la discriminación, Catalina considera que Chile es bastante cosmopolita, pero la brecha se agranda al interior del ecosistema científico-académico. «Ha sido agridulce esta experiencia de validación interna. En el área profesional industrial agradezco que las empresas (Amster y Rubbermix) me hayan abierto las puertas y me respeten por mis conocimientos. En el área profesional académica, irónicamente las mujeres son las que me han hecho la vida más difícil. Es muy triste ser testigo de que la sororidad no exista cuando tienes otra nacionalidad en ambientes tan exigentes mentalmente como son las universidades. Sin embargo, en los últimos cuatro años, en la Universidad Autónoma de Chile encontré un sitio seguro y donde me valoran. Transversalmente, sí debo sincerar que cuando dices que tu doctorado es de Colombia, desconfían. La Universidad Nacional de Colombia es la décima universidad en el ranking latinoamericano, estando sólo por debajo de la Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica, entonces es claro que el conocimiento que tengo está más que validado, no obstante en el ecosistema se observa esa suspicacia».

Ahora en el área personal, Catalina explica que para el chileno promedio es «muy raro» ver que una colombiana tenga doctorado y que haya llegado a Chile con recursos propios, ni tener que mandar dinero a su país. «De hecho, se molestan muchísimo y eso no lo he podido entender por completo. Durante mis casi 8 años en Chile, me han invitado a subirme al siguiente avión de expulsados, a irme a lavar baños a Estados Unidos porque como extranjera no me puedo quejar de las condiciones laborales abusivas de algunos empleadores e incluso un gerente de una empresa de pinturas me dijo que, si la investigación no me funcionaba, podía trabajar en un café con piernas. Estoy segura de que eso ni de chiste se lo dirían a una chilena o a una extranjera de otra nacionalidad no latinoamericana», aclara.

Distinta es la experiencia de Victoria Westnedge, licenciada en Física de la Universidad de Sheffield, Reino Unido, y desarrolladora en el Centro Médico del Trabajador; además de mentora de PROVOCA.. Ella explica que en su país natal no observó resistencia a la idea de que una mujer fuese STEM; «para mí fue una decisión fácil, a pesar de que las mujeres que estudian física son minoría, nunca recibí ningún comentario negativo o rechazo al elegir este camino. Por suerte, encontré a otra mujer que había hecho lo mismo, quien me inspiró a tomar la decisión».

Si bien de niña no tenía claridad de la carrera que elegiría, sí tenía la certeza de que las matemáticas y la lógica siempre estaban en su horizonte. Además, afirma que en el Reino Unido, tener un título en ciencias abre las puertas a una amplia gama de campos, así que sabía que tendría diferentes oportunidades después de dejar la universidad.

Victoria emigró a Chile para mejorar su español y aprender más sobre la cultura latinoamericana y desafiarse a sí misma. «A diferencia de Catalina, a menudo recibo caras confundidas y desconcertadas cuando la gente me pregunta por qué vine a Chile», menciona. Hoy, le encanta vivir en Chile, piensa que las cosas son más espontáneas y relajadas que en el Reino Unido, aunque aún no se acostumbra totalmente a las diferencias culturales.

«El primer año me resultó muy difícil. Aunque hablaba español, me costaba entender el idioma y me resultaba difícil integrarme en las conversaciones, tanto sociales como laborales. También luché por encontrar un trabajo, lo que no me esperaba. Parece que sin RUT no existes en Chile. Esperaba que mis méritos y experiencia hubieran sido suficientes, pero curiosamente mi primera experiencia profesional en Chile fue gracias a un “pituto” de mi madre en el Reino Unido. Realmente no creía que este concepto fuera cierto, pero en mi caso funcionó. Después de obtener mi RUT y mi primer trabajo, las oportunidades llegaron más fácilmente», sostiene la física inglesa.

En cuanto a la acogida por parte de sus compañeros de trabajo, señala que ha sido bastante positiva. «He hecho buenos amigos en el trabajo y realmente me ayudaron a comprender las políticas y la forma de trabajar de las empresas. Tiendo a llevarme mejor con personas que han viajado y entienden que mi cultura es diferente a la de ellos», añade.

Recientemente, Victoria decidió cambiar de carrera y hacer un bootcamp de programación. Sabía que había un pequeño porcentaje de mujeres estudiando y trabajando en estos campos, pero eso no la desanimó, muy por el contrario: la desafió. «Esta vez me encontré en una situación diferente, había tenido un bebé y tenía nuevas responsabilidades. Sabía que si estaba muy motivada y estudiaba lo suficiente, podría trabajar en esta área. Por suerte, encontré a otra mujer que había hecho lo mismo, quien me ayudó a avanzar juntas. Tengo la convicción de que la colaboración femenina nos ayudará a ganar terreno y recuperar los espacios perdidos», concluye.