

Paulina Assmann Segura
Astrofísica
Ocupación: | CEO de SeQure Quantum |
---|---|
Región: | Biobío |
Pasatiempos: | Jardinería y cocina |
Linkedin: | https://www.linkedin.com/in/paulina-assmann-a6800a54?lipi=urn%3Ali%3Apage%3Ad_flagship3_profile_view_base_contact_details%3BJpt9%2FFYUR9CGO4s65oLWDA%3D%3D |
Conóceme
Mi perfil
Paulina se demoró ocho años entre aprender a leer y convertirse en especialista en la bomba atómica. Otros dos en publicar su primera investigación como viróloga especialista en Hanta y unos meses más para que la doctorara su profesor de matemáticas. Entonces, decidió pulir espejos para las misiones astronómicas de la NASA y determinar el periodo de rotación de un asteroide.
Así es, más o menos, su historia. La infancia que la llevó a convertirse en científica, es esa.
Aprendió a leer a los cuatro años, y dice que fue bastante solitaria. Eso sí, creció en Talcahuano, con la compañía de dos hermanas y un hermano. Sus padres, ingeniero y secretaria, lograron que todos fueran profesionales.
Todos se educaron en el Liceo La Asunción, Paulina comenzó a interesarse por las tecnologías, la biología. Imparable, en octavo básico ya conocía conceptos de física como la reacción en cadena, el proceso detrás de la bomba atómica.
“En esos años mi profesora de literatura me conectó con un profesor de física, quien me encomendó pensar en preguntas que no tuvieran respuesta conocida hasta entonces. Recuerdo que investigué sobre el virus Hanta, su mecanismo de contagio y vectores. Ese profesor mandó mi trabajo al primer Explora de Conicyt del Biobío y quedó seleccionado para seguir investigando», cuenta Paulina.
En este momento, Chile recién se incorporaba a la era del internet. La primera conexión a la red fue en 1992, y los celulares eran cosa de grandes ejecutivos.
Así las cosas, Paulina tuvo que preguntar a personas de su entorno para satisfacer sus inquietudes. En esta infinita ronda de preguntas, conoció a Eric Goles, matemático y premio nacional de Ciencias Exactas en 1993, quien con su exposición en el congreso explora la motivó a estudiar ciencias.
Por entonces, participó en la Misión Starshine de NASA para pulir espejos. Estudió sobre el periodo de rotación de asteroide y el premio fue concretar su proyecto en el observatorio de Antofagasta.
Eso sí, no todo fue fácil. Sus padres le recomendaban seguir una carrera más segura que el camino que se imaginaban entonces para una mujer en la ciencia. “Te vas a morir de hambre”, le dijo su papá. “Yo en cambio era muy testaruda y tenía bastante personalidad para averiguar y buscar alternativas y beneficios. Me las ingenié para tener una beca y estudiar gratis física. Hice un curso de verano en Santiago en la Universidad de Chile y más tarde fui ayudante de astronomía. Estoy muy feliz con mis elecciones. Es una suerte hacer lo que uno quiere», recuerda.
Además de la porfía, fue fundamental contar con apoyos para superar estos escollos.
“En el colegio mi profesor de matemática no nos decía por el nombre de pila, nos llamada «doctores» y eso nos confería cierto nivel de respeto. Hoy creo que eso nos ayudó a construir nuestra confianza y eso corría por igual para niños y niñas», afirma.
Otro impulso, fue un día encontrarse con un titular en un diario, que decía que su destino estaba marcado por las estrellas. Hoy lo confirma. De su historia no cambiaría ni una coma. Asegura que de todo aprendió. De sus años de gimnasia rítmica, del coro y el centro alumnos, de sus inseguridades también. Hoy es madre de dos niños y madrastra de una hija de 23 años.
Desde 2019 es Secretaria Ministerial de Ciencia para la Macrozona Centro Sur, y dice que ha logrado articular la ciencia para tomar mejores decisiones y optimizar la calidad de vida de la ciudadanía.
Esta historia es la que la hace valorar el rol de PROVOCA, motivando a niñas y jóvenes a que sigan su vocación en ciencia o que tengan la opción de saber que existe este camino y puedan elegir.