Paola trabaja como ingeniera de procesos en proyectos de minería, desde la exploración de yacimientos hasta la obtención del mineral y su concentrado. Antes trabajó en un laboratorio cosmético, en el área de control de calidad para productos importados.

Vive con sus padres, con los que se lleva fantástico, razón por la cual decidió seguir en casa. Desde niña fue muy curiosa y sus padres se ocuparon de estimularla. Recuerda que tenía una enciclopedia de astronomía para niños y un computador que despertaron su primer interés por la física. «Pensé en ser profesora de física, pero más tarde opté por la ingeniería, que tenía mejor retribución económica».

Su padre es trabajador bancario y hoy cursa su tercer año de derecho y su mamá la tuvo muy joven y hoy trabaja como auxiliar de farmacia y planea obtener el grado técnico.

Paola también tiene dos hermanos menores, uno vive en Irlanda y es diseñador gráfico, y el otro estudia música y artes sonoras.

«De mi etapa escolar tengo lindos recuerdos. Siempre fui a colegio de niñas. En la enseñanza básica estuve en un colegio católico donde en tecnología nos hacían bordar y tejer. Más tarde ingresé al Liceo 1 de Niñas de Santiago, donde todo fue muy diferente. Con mucho esfuerzo accedí a educación pública, gratuita y de calidad. En tercero y cuarto medio tenía cerca de 12 horas semanales de física, lo que me ayudó mucho como base para la universidad», comenta.

Dice que se formó en un liceo en que les enseñaban a ser mujeres inteligentes y con una visión crítica. «Siempre participábamos de debates en religión, literatura, filosofía, política; y nos instaban a ser líderes en diversas áreas. Más allá de nuestras vocaciones, lo importante era ser disciplinadas y alcanzar la excelencia. Nos enseñaron a ser mujeres conscientes, nobles y fuertes para enfrentar el mañana, con profesores destacados, tanto hombres como mujeres».

En la Red PROVOCA dice que se sintió pequeña entre tantas mujeres «tremendas».  La motiva el deseo de incentivar a que otras niñas crean en sus capacidades y superen sus dificultades internas y del entorno. «Es muy satisfactorio alcanzar las propias metas luego de un gran esfuerzo y ese sentimiento construye empoderamiento».

En el 2022 viajará a Irlanda a visitar a su hermano y quedarse un tiempo para estudiar inglés.