María José estudia ingeniería civil y se especializará en matemática para avanzar en la investigación y la docencia académica.

Vive con su madre y es hija única. “Mi mamá tiene nivel técnico en análisis de sistemas, pero toda su vida trabajó como secretaria y luego de cuidadora de mi abuela. Somos un verdadero matriarcado”, asegura.

María José asistió a un colegio mixto y recuerda que junto a su profesora de tercero medio de matemática se cambió de colegio y ella fue su guía y principal apoyo. En media asistió a un preuniversitario popular de una ONG en el Quisco y ahí tuvo otra profesora que la instó a confiar en sus capacidades. “Ambas fueron fundamentales en mis decisiones vocacionales”.

Comenta que siempre disfrutó los desafíos que le ofrecía cada problema matemático.

Recuerda que en su educación media, estaba indecisa acerca de elegir ciencia o matemática. No estaba segura de querer ser ingeniera o profesora de matemática. Luego de visitar varias ferias universitarias optó por la ingeniería y supo que desde ahí podría seguir su sueño, tras participar en un curso de modelamiento matemático.

Cuenta que valoró mucho el apoyo de su profesora de introducción al álgebra, desde su rol de jefe docente del departamento de matemática, quien la incentivó a persistir en sus esfuerzos.

Hoy sigue viviendo en Algarrobo. Inició su etapa universitaria de forma telemática y ansía volver a lo presencial. Integra una sección de 100 estudiantes, de los cuales solo 25 son mujeres, lo que ha motivado una estrecha relación y apoyo entre ellas, a pesar de la distancia.

A María José le gusta tocar la guitarra, cocinar repostería y quisiera retomar el basquetbol. Por ahora, ha vivido meses difíciles, ya que su madre tiene una discapacidad física que le exige apoyar varias labores domésticas a la vez que estudia.

Comenta que la Red de Mentoras PROVOCA le ha ayudado a mejorar sus habilidades de liderazgo y a fortalecer su confianza para evitar aislarse. “El equipo de mentoras me inspira y me anima a seguir adelante. Espero ayudar a otras niñas y mujeres a que no tengan miedo a tomar sus propias decisiones. Que se informen, que comprendan que no existen carreras para hombres y que las mujeres tenemos puntos de vista que aportar para enriquecer muchos espacios”.