Karín comenta que ya en educación media y gracias a la experiencia cercana de un primo, descubrió su pasión por la ingeniería en minas. En la mayoría de su carrera  fue ayudante de geología económica y en los fines de semana viajaba a la Mina El Pimiento en Graneros, una pequeña mina subterránea.

«Me encanta enseñar. Fui tutora de matemática en el programa PAIEP y ayudaba a resolver dudas de los alumnos de primer año en materias como cálculo, álgebra y matemática, de varias carreras. Más tarde, mientras hacía mi memoria, me incorporé a la Red de Ingenieras en Minas (RIM), ya que desde siempre admiré a muchas mujeres potentes de esa red y desde 2021, igual que en PROVOCA, soy parte de estas líderes».

Vive con sus padres y una hermana. Esta última estudia ingeniería en ejecución industrial. Juntas cursaron su educación básica en el Colegio Sagrado Corazón de Jesús en Quinta de Tilcoco y la educación media en el Liceo San José de Requínoa. «Siempre supe que estábamos en estos lugares para seguir una carrera universitaria. Mis padres siempre nos inculcaron la importancia de estudiar para mejorar nuestras opciones a futuro, pese a que ellos lamentablemente no tuvieron las mismas oportunidades.

De su experiencia en PROVOCA, destaca la posibilidad de aprender nuevas herramientas y desarrollar habilidades junto a mujeres que tienen distintas trayectorias en STEM. Como educadora universitaria, señala que es muy importante estar en contacto con este tipo de espacios y perfiles de profesionales, de modo de ampliar el impacto en las futuras generaciones de científicas.