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Diana Arrué Espinoza

Diana Arrué Espinoza

Ingeniera en informática

Ocupación: Docente Python en Talento Digital para Chile y Administradora de autómatas en Khipu.
Región: Metropolitana de Santiago
Pasatiempos: Caminar al aire libre, conectar con la naturaleza, orar y meditar, literatura de ciencia ficción y ensayos sobre tecnología y neurología, dibujo y pintura, ver series y películas, y participar en programas de voluntariado.
Linkedin: http://www.linkedin.com/in/diana-arrue

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Diana cuenta que su infancia estuvo llena de amor por el arte y la lectura, lo que la llevó a estudiar literatura inglesa en la Universidad ARCIS. Sin embargo, cuando la universidad quebró, se replanteó su futuro y comenzó a tatuar y a hacer ilustraciones de libros para niños. «Siempre sentí que no era buena para las matemáticas, incluso cuando estudié ingeniería comercial. Recuerdo que un profesor de matemáticas me dijo que no tenía capacidad abstracta y que nunca me iría bien. Su comentario caló hondo en mí, renuncié a la carrera y caí en depresión. Nunca me sentí lo suficientemente buena hasta que estudié informática, y vi que podía ser muy buena», sostiene.

Hoy comprende que ese profesor de matemáticas estaba equivocado. Terminó siendo consejera de carrera en su universidad, creó grupos de estudio y talleres para fortalecer los aprendizajes en programación, participó en Technovation como mentora en programación, ganó hackatones de hacking internacional y obtuvo el segundo lugar en el Cyberwomen Challenge 2021 de la OEA. Desde entonces, Diana es parte de la red «Mujeres en Ciberseguridad de la OEA».

Hoy está certificada como implementadora ISO 27001 por la Universidad de Santiago de Chile, implementando la ISO y la SOC para empresas y startups. «Soy una apasionada por la enseñanza y la docencia. Me desempeño como docente para Talento Digital para Chile del SENCE, formando programadores en Python. Estoy comprometida con disminuir las brechas de género en STEM. Hice mi práctica en el observatorio ALMA, integrándome a PROVOCA, siendo la primera generación mentoreada por grandes mujeres científicas. Apoyo a otras mujeres como me apoyaron a mí», añade.

Además, nuestra mentora es mamá de un niño neurodivergente de altas capacidades, lo que la motiva aún más a trabajar por un futuro inclusivo y equitativo en el ámbito de la tecnología.

De su personalidad, se define como responsable, puntual y organizada. «Tengo una gran capacidad para liderar equipos y siempre busco fomentar un ambiente de trabajo positivo y colaborativo. Mis proyectos destacan por la claridad en la comunicación y el enfoque en la calidad y la eficiencia. Soy proactiva y siempre estoy en busca de nuevas oportunidades para aprender y mejorar. Soy extrovertida y me encanta escuchar a la gente, generando ambientes donde se resalten las habilidades únicas de cada persona. Valoro mucho el respeto sin discriminación y siempre busco dar lo mejor de mí misma con empatía. Siempre soy muy curiosa, amo aprender y tengo una fuerte pasión por la investigación científica».

En su tiempo libre, disfruta caminar al aire libre y conectar con la naturaleza. Asegura ser una apasionada por la lectura, especialmente de la literatura de ciencia ficción y los ensayos sobre tecnología y neurología. Dibuja, pinta y ve series y películas. Además, participa activamente en programas de voluntariado, especialmente aquellos que fomentan la educación y la inclusión en tecnología. Estas actividades le permiten balancear su vida profesional con sus pasiones personales y mantenerse motivada y comprometida con su desarrollo integral.

Las áreas del conocimiento que más despiertan su interés son la ciberseguridad, el desarrollo de software y la inteligencia artificial. Inicialmente, la motivó a desafiar sus propios límites y demostrar que podía sobresalir en un campo que inicialmente sentía ajeno. En este sentido: «Mi percepción actual es que la tecnología es una herramienta poderosa para el cambio social y la inclusión. Mis planes a futuro incluyen seguir contribuyendo a la formación de nuevos talentos en STEM y participar en proyectos innovadores que utilicen la tecnología para mejorar la vida de las personas. Mi objetivo es seguir expandiendo mis conocimientos y aplicarlos para resolver problemas complejos, haciendo de la tecnología una fuerza para el bien común».

Diana se motivó a sumarse a PROVOCA ante la necesidad de crear más espacios para mujeres en STEM y contribuir a que la tecnología sea un aporte para las personas neurodivergentes. Cuenta que ha experimentado de cerca las barreras de las mujeres en STEM, tanto en su formación académica como en su trayectoria profesional. Además, fue mentoreada en PROVOCA por grandes mujeres científicas, lo que la inspiró profundamente. «Creo que este programa me permitirá desarrollar habilidades de mentoría y liderazgo, y me dará la oportunidad de inspirar y apoyar a otras mujeres a superar estos obstáculos. Mi sueño es crear más espacios para mujeres en STEM y contribuir a que la tecnología sea un aporte significativo para las personas neurodivergentes, haciendo de esta una sociedad mejor para el futuro de nuestros niños», concluye.