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Claudia Castillo Ocaranza

Claudia Castillo Ocaranza

Ingeniera ambiental y civil química, Magíster en Ciencias de la ingeniería y Magíster en Mineraología aplicada a geometalurgia

Ocupación: Instructora Técnica Metcelerate (programa de formación de metalurgistas), profesora en diplomado Universidad de Antofagasta, consultora independiente en las áreas de floculación y espesamiento y desarrollo de proyectos.
Región: Valparaíso
Pasatiempos: Música, a nivel teórico y práctico (djembe y piano).
Linkedin: https://www.linkedin.com/in/claudia-castillo-ocaranza/

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Mi perfil

Con mucho orgullo, Claudia se identifica como nieta de abuelos empeñosos e hija de padres profesionales universitarios. Nació en Santiago y, producto del trabajo de su padre, creció en varias regiones y colegios. Tuvo muchas amigas y una linda infancia, a pesar de que estaba relativamente poco tiempo en cada lugar.

Estudió ingeniería, motivada por cómo vestía su padre (casco, chaquetilla de geólogo, etc.) y por su madre, para quien era obvio que ella tenía que ser profesional universitaria, independiente de la carrera que eligiera.

«Fui madre a los 19 años, crié a mi hijo sola y relativamente lejos de mi madre. Tuve la ayuda económica de mi familia para el cuidado de mi hijo y además el apoyo de mis amigas y amigos. Siempre viví el momento, me entregué a mi carrera, a mi juventud y a mi hijo; como toda joven, tuve altos y bajos. Pese a todas las dificultades, me gradué como alumna destacada de ingeniería ambiental. Creo que los y las profesoras vieron en mi un potencial como ingeniera y madre», sostiene.

Su carrera profesional comenzó como ingeniera de procesos en una pequeña consultora en Valparaíso. Como estaba enamorada de la ingeniería, cuenta que quiso profundizar y decidió entrar a una consultora de minería para aprender más. Luego, «buscando algunas respuestas en mi campo y pasados casi 10 años en consultoría, me fui a la Universidad de Chile a trabajar como investigadora y como profesora de proyectos para ingenieras/os químicas. En la universidad tuve la posibilidad de colaborar con un colega de CSIRO, con quien hasta hoy comparto conocimientos en el área de recuperación de agua de relaves. Gracias a esta carrera, ahora puedo trabajar como instructora y como ingeniera”.

Se define como una persona algo tímida, que espera que los demás no lo noten, por lo que se esfuerza para parecer desenvuelta. «Con el tiempo, he logrado que me cueste menos y disfrute más, el interactuar y comunicarme con otros. En este mismo sentido, soy muy respetuosa y siempre trato de congeniar con los demás».

En el desarrollo de proyectos, Claudia dice ser muy meticulosa en su trabajo. «Tengo habilidades para liderar y creo que soy buena en ello, comprendo los objetivos y el alcance de los proyectos en los que participo», añade.

Entre su intereses, destaca la música; de hecho, lleva varios años estudiando canto, guitarra y teoría, y últimamente piano. Avanza lentamente en la medida que su tiempo lo permite, pero disfruta cada uno de los logros. También en la línea del arte, hace un año practica danza del oeste africano, junto a un profesor de Guinea, con quien además hoy son amigos. «Gracias a la danza, me adentré en la música africana y hoy además integro un grupo de percusión de mujeres, con quienes tengo muchas proyecciones y sueños», explica Claudia.

Sobre su vocación, cuenta que inicialmente su áreas de interés tenían relación con el uso sostenible de recursos, con una visión de mejoras a los procesos asociados. Luego conoció los procesos mineros y en ellos encontró un foco de interés: la recuperación de agua de relaves, en particular, en la floculación y espesamiento. Agrega: «Me encanta el tema, por su simplicidad en términos de la química y la complejidad por parte del proceso (es un equipo que debe cumplir con muchas funciones para operar adecuadamente). Hay mucho que avanzar en términos de comunicar el conocimiento en esta área, ya que, en general, en minería los procesos se concentran en la recuperación de los minerales de interés, mientras que este proceso encuentra valor en el agua. Mi vocación es contribuir a una minería con una producción más sostenible y mejorar la imagen de la minería en la sociedad, sobre todo en la gente joven que tiene mucho que contribuir en este campo».

En PROVOCA, Claudia espera adquirir herramientas para ser efectiva en el trato con jóvenes. «Mi motivación de ser mentora nació por mi deseo de ayudar a una joven. Creo que ella tiene tremendo potencial, pero no he podido ayudarla como esperaba. Siento que mi historia en las STEM es simple y creo que el gran factor fue desenvolverme en un mundo donde se valoraba el aprendizaje. No he tenido barreras en mi carrera, pero sé que muchas de mis colegas lo han tendido. Eso me gustaría transmitir, la ingeniería puede ser un campo hostil, pero no para todas y su impacto en nosotras depende mucho de cómo las herramientas con las que contemos».

A futuro se imagina trabajando como mujer STEM, como profesora y en la recuperación de agua de relaves como ingeniera-investigadora. «Me gustaría seguir aportando al conocimiento en esta área y fomentar la optimización de los procesos en este campo, ya sea a través de la enseñanza y/o de la ingeniería y la investigación. También me gustaría seguir haciendo clases y trabajar en el desarrollo de proyectos efectivos y sostenibles; siempre combinando mi trabajo  con mis pasatiempos y en iniciativas sociales que me permitan aportar a la comunidad».