Nacida en Iquique, Camila es la mayor de 3 hermanos. Su fascinación por el cosmos comenzó en cuarto básico, exponiendo sobre el sistema solar. En octavo, descubrió su conexión con la física y las matemáticas al escuchar la experiencia del profesor de física, quien había visitado el Observatorio Paranal. En esos años y sin acceso a internet, su orientación académica dependió de la información proporcionada por la escuela.

«Mi pasión se consolidó en la escuela de verano de física experimental en la Universidad de Chile. Mis padres, pese a nuestras limitaciones económicas de entonces, apoyaron este viaje y mi madre estuvo conmigo todo el mes en Santiago. Ingresé a la carrera de Astronomía en la Universidad de Concepción, donde también desarrollé la convicción de retribuir a la sociedad. Después de ser monitora de divulgación en mi etapa universitaria, regresé a Iquique y trabajé como profesora de física en la Universidad Arturo Prat», recuerda.

En el 2018, decidió continuar en ciencia y postuló al doctorado en Astronomía en la Universidad de La Serena, donde actualmente, con el respaldo de una gran mujer y excelente tutora, cursa su etapa final.

De su personalidad, Camila se reconoce como una mujer alegre y optimista, aunque inicialmente introvertida, se abre fácilmente una vez que desarrolla confianza. Aunque tiende a ser un poco dispersa, mantiene un enfoque positivo. Cuando participa en proyectos colectivos, se destaca por ser vocera y trabajar en equipo, sin competir, y priorizando siempre la colaboración. Muy exigente consigo misma y siempre dispuesta a ayudar, frecuentemente demuestra sensibilidad en cada iniciativa que emprende.

En su tiempo libre, su gran pasión es andar en bicicleta. «Salir a pedalear en las tardes, me permite desconectarme, y los fines de semana exploro rutas más largas y cerros. También descubrí el placer de competir en distintas localidades de la región de Coquimbo, instancias que me brindan la oportunidad de conocer gente nueva, de mejorar mi condición física, perfeccionar la técnica, desafiar mis miedos, y en ciertas ocasiones vivir la recompensa del triunfo”.

Gracias al cicloturismo, también ha conocido lugares como el Valle del Elqui, el Desierto Florido y el Parque Fray Jorge. En sus vacaciones, disfruta viajar, ya sea sola o con amigos, aprovechando de hacer trekking y acampar. Estas actividades la conectan con la naturaleza y la aventura, enriqueciendo significativamente su vida.

Sobre su vocación, Camila adora la astronomía y sigue maravillándose al adquirir nuevos conocimientos. «Mi interés se ha centrado en la evolución química, inicialmente en estrellas de cúmulos globulares durante mi magíster, y ahora en la evolución de galaxias como la Vía Láctea a través de su halo estelar. Este enfoque me ha brindado experiencias y aprendizajes enriquecedores. A futuro, me imagino en el campo de la ciencia y ojalá trabajando en un observatorio», precisa.

Hoy se mantiene abierta a todas las opciones que le ofrece la vida y actualmente ser parte de PROVOCA le llena de alegría y satisfacción. Siente que ser parte de esta iniciativa, no sólo alimenta su pasión por la astronomía, sino que también la impulsa a contribuir al crecimiento y el desarrollo de otras niñas y mujeres en este fascinante campo STEM. Explica que: «Reconozco las disparidades de información que afectan a mujeres en estas ciencias y la importancia de empoderarnos mutuamente. Creo ser un modelo de rol valioso, no sólo por elegir una carrera poco común, sino por atreverme a ello. PROVOCA ha sido excepcional al conectarme con mujeres que comparten ideales, sueños y desafíos, proporcionándome herramientas para ser la mejor versión de nosotras y poder guiar a nuestras futuras aprendices».

Camila sueña con que las mujeres elijan libremente sus caminos basadas en vocaciones, convicciones y sueños, sin limitaciones externas. Aspira a continuar la divulgación astronómica y ser mentora en PROVOCA para contribuir a este empoderamiento.