Constanza Jiménez Contreras
Bióloga marina, licenciada en ciencias del Mar de la Universidad de Magallanes
| Ocupación: | Profesional del área de Educación Antártica en el Instituto Antártico Chileno. Miembro Comunidad de Mujeres Pajareras de Magallanes (Peuquitas Magallanes) y Comunidad de Mujeres Marinas de Magallanes |
|---|---|
| Región: | Magallanes y de la Antártica Chilena |
| Pasatiempos: | Catlover, natación, natación en aguas abiertas, Pilates, Pintar en acuarela, hacer trekking, viajar y comer |
| Linkedin: | https://www.linkedin.com/in/constanza-jim%C3%A9nez-contreras-b8161896/ |
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Constanza explica que sus orígenes radican en su familia del norte y la del sur. Tras cumplir 12 de años, se trasladó a vivir a Punta Arenas por el trabajo de su padre, junto a sus padres, su abuela y su hermano menor. Cuenta que entonces; sus hermanos mayores -que son gemelos-, se quedaron en la capital porque habían comenzado a hacer sus vidas con sus familias e hijos.
Recuerda que al principio, le costó acostumbrarse a la temperatura austral, la nieve, a una ciudad sin bulla, a las pocas horas de luz en invierno o muchas en verano. «Fue un etapa crucial para mí. Estaba por entrar a enseñanza media y me impresionaba lo mucho que los estudiantes se preparaban para postular a colegios. Donde estudié era un buen liceo, me permitió tener buenas amistades y experiencias, especialmente a escoger la carrera que elegí: biología marina».
Asegura que su decisión vocacional se definió por una fuerte conexión con la naturaleza, el océano, el deseo de conocer todo tipo de seres vivos y sentir que es parte de este «gran rompecabezas», como denomina al medioambiente. «Lo que no sabía, es que esta curiosidad por la vida natural me llevaría a conocer un lugar único, inhóspito, indomable y con un fin precioso: la Antártica», añade.
Hubo muchas personas en su trayecto que la llevaron hasta el continente blanco. Constanza segura que trabajar en un laboratorio de algas antárticas, en otros organismos marinos antárticos, realizar su práctica y tesis en el Instituto Antártico Chileno (INACH) y, finalmente ganarse un viaje para sobrevolar la Península Antártica con la NASA y su misión Icebridge, fueron sin duda experiencias que incidieron a estudiar y enseñar sobre la Antártica. Así descubrió cómo la divulgación científica demuestra ser una fuente de inspiración para personas de todas las edades.
De su personalidad, rescata ser responsable, organizada, metódica, con habilidades artísticas, promotora del trabajo en equipo, perseverante, creativa y dinámica. Asegura ser muy apasionada al enfrentar nuevos desafíos y altamente capaz al trabajar en condiciones de presión.
«Independiente que crea que soy muy introvertida, con mucho esfuerzo trato de transmitir lo que llamo “antartizar” o enamorar sobre Antártica a todo público. Es muy importante dar a entender cómo un lugar tan lejano nos afecta climáticamente, biológicamente, históricamente o en nuestro diario vivir», explica.
Sus principales aficiones son nadar, ya sea en piscina o en el mar. Le gustan las actividades al aire libre, sentir el sol y escuchar los sonidos de la naturaleza. Otro de sus pasatiempos favoritos es pintar en acuarela y expresar su creatividad.
Junto a un grupo de profesionales amigos, dedica parte de su tiempo a la divulgación científica a través de la fundación «Ciencias en la Patagonia».
Constanza ha formado una familia de 5 integrantes, junto a su pareja y 3 gatos a los que adora. Y entre sus pasatiempos, disfruta conocer lugares nuevos. «Mi último viaje fue a Japón y quedé maravillada con su cultura. También me gusta leer novelas ligeras, de historias melosas, con alguna adaptación al animé para imaginarlas en la vida real», agrega.
Desde el comienzo de su carrera, esta mentora supo que se dedicaría a la academia o la investigación. Le gusta mucho el trabajo de campo y laboratorio, analizar las muestras y ver los resultados que obtenía en cada proyecto, pero siempre tenía la sensación que algo le faltaba y que le frustraba el que conocimiento quedara solo entre sus pares.
«Cuando tuve la oportunidad de trabajar con el Programa Explora, y ver cómo un científico o una científica podía ayudar, desde su área, a que más niños, niñas y jóvenes se motiven a seguir carreras relacionadas con las ciencias o STEM ¡y mi cabeza hizo clic! Quería trabajar con la comunidad, quería comunicar y divulgar sobre las ciencias -especialmente antárticas– y también que esta fuese una tarea para desempeñar a cabalidad. Para lograrlo, tomé varios cursos y diplomados, y espero pronto enfocarme en obtener nuevos estudios que permitan especializarme en la divulgación científica, incluso en el ámbito internacional», sostiene.
Conoció el Programa PROVOCA al encontrarse con una de sus líderes en Puerto Natales, donde se celebraba el Festival de las Ciencias. Ahí, ambas participaron en un panel de conversación que unía al cielo y al mar, comentaron sus experiencias y nos propusimos generar una alianza desde sus instituciones, con especial interés en el apoyo a estudiantes que están ad portas de escoger una carrera universitaria.
«Fue sin duda, el empujoncito que necesitaba para querer mejorar mis habilidades y añadir nuevas experiencias que enriquecieran mi vida profesional. También dentro de mi red de investigadores antárticos, una conocida me comentó que participó de esta iniciativa y que fue muy provechosa para ella. Así, me propuse participar con la finalidad de recibir y ser un aporte para esta iniciativa, desde mi pequeño rincón al sur del mundo. Como mujer en STEM, sueño con visibilizar el trabajo que se realiza en el continente blanco, un lugar que desde tiempo remotos se consideraba tierra de hombres. Espero contribuir a cambiar la visión de que las ciencias tienen un género, promover el reconocimiento igualitario y fomentar una apropiación cultural y social de las ciencias antárticas a jóvenes y niñas de mi región».
Constanza asegura que hay Antártica para rato y que no se ha descubierto ni la punta del iceberg. «Este lugar es uno de los más grandes misterios del planeta, unas planicies inexploradas, un océano de conocimientos y maravillas por descubrir y una labor estratosférica para que continúe así. Tengo un trabajo, una profesión y un lugar donde residir que son privilegiados. ¿Por qué no aportar a diversas estudiantes con grandes anhelos a ser su mejor versión y a la vez que puedan ser parte de lo que he vivido?», finaliza.