Encuentro Equidad de Género en STEM, Bárbara Rojas-Ayala
19 octubre 2017
Es Profesora Investigadora del Departamento de Ciencias Físicas de la Universidad Andrés Bello y además es miembro del Directorio de la Sociedad Chilena de Astronomía.
Me llamo Bárbara. De hecho la muñeca más famosa lleva ese nombre -“ Barbi”-, y yo nunca me sentí identificada con ella, sin embargo sí me identifico con el denominado Síndrome del Impostor, algo que experimenté cuando estaba haciendo mi Doctorado en Cornell y que, talvez, ha influido en la pérdida de muchas oportunidades, tan solo por no estar consciente de ello.
No es lo que tú piensas de ti lo que te está impidiendo seguir, sino lo que tú piensas que tú no tienes o lo que tú no eres. Pues bien, este concepto del Síndrome del Impostor se empezó a instalar a fines de los años ´70 y se hizo en un artículo donde se explicaba que mujeres que eran muy exitosas, sentían como que no eran realmente, no se lo merecían, y por tanto se sentían impostoras.
Yo no merezco estar acá porque yo no soy tan inteligente, yo no soy tan capaz, es una equivocación. Cuando estaba haciendo el doctorado en Cornell fui a una reunión y justo se mostró un estudio que se estaba haciendo para estudiantes de pregrado en Estados Unidos que decidieron seguir carreras, ya sea como ingeniería o astronomía, y ahí se hablaba del Síndrome del Impostor, y yo cuando lo vi dije, eso es lo que me pasa a mí, yo cada vez que quiero hacer, por ejemplo una pregunta en una charla, escucho una vocecita dentro mí que me dice: “Bárbara, seguramente eres tú la única que no sabe esto, se van a burlar de ti”, una situación que muchos de ustedes deben haber experimentado. Cuando entré a la universidad, de un total de 2 mil estudiantes, un 10% éramos mujeres. Tuve la suerte de estar en una sección en la que éramos 20 mujeres por 100 hombres y me acuerdo sentir eso, o bien usar bototos para igualarme más a la masa.
Una vez en mi doctorado pregunté cuántos habían experimentado el llamado Síndrome del Impostor. Descubrí que todos, hombres y mujeres, nos sentíamos impostores. Algo no poco común es ver que a las mujeres en su desempeño se les dice “es muy trabajadora”, en cambio a los hombres, se les describe “son brillantes”. Si uno cree que nuestros logros no responden a que somos brillantes, por la capacidad, sino porque yo trabajamos…estamos en un error y posiblemente estamos siendo víctimas de este síndrome. Cuando escuchen esa vocecita, ustedes digan aha!, estadísticamente es muy probable que más del 30% de las personas en esta sala sientan lo mismo que yo, y esperamos que no siga incidiendo en la baja postulación a trabajos importantes. Crean en ustedes!.