Encuentro Equidad de Género en STEM, Nancy Hitschfeld
19 octubre 2017
Licenciada y Magister en Informática de la Universidad de Chile, Doctora en Ciencias Aplicadas del Instituto Federal Suizo de Tecnología, Profesora Asociada en el Departamento de Ciencias de Computación de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile.
Estudiar ingeniería y que las mujeres no estudien esta carrera no es un problema de capacidad intelectual. La historia respalda este argumento. La primera mujer que estudió en la universidad fue en el año 1877 y sin duda su debut comenzó por carreras relacionadas con el cuidado y las leyes, relacionadas con la familia, con los derechos, con la medicina; pero no la ingeniería. De ahí nace un sesgo muy fuerte, que todas las familias lo tienen, de hecho las primeras ingenieras en general son hijas de ingenieros. La primera ingeniera se tituló en 1919 y era 1 de 200, se llamaba Justicia Espada Acuña. En 1960 no habían más de 20 o 25 ingenieras, nada más.
Cuando yo le dije a mi papá que quería estudiar, en realidad yo quería estudiar astronomía; yo vivía en el campo, mi papá agricultor, mi mamá dueña de casa; sin embargo, tenía un abuelo muy inteligente que le encantaban las matemáticas y me enseñó a jugar ajedrez. Me enseñó que las matemáticas teníamos que saberlas todos. Recuerdo que me regalaban autos y no muñecas, porque si me regalaban una muñeca yo decía…por qué si yo no quiero muñecas, …yo quiero jugar como mis primos, entonces claro, pero sí que estudie en un colegio de monjas y solo de mujeres y ahí también me di cuenta que la mitad de las mujeres eran buenas para las matemáticas, pero nadie seguía matemáticas.
Con el tiempo mi afición por la astronomía fue reemplazada por la física, las matemáticas y la computación. Hoy en mi trabajo colaboro mucho con astrónomos en resolver problemas de astronomía desde el punto de vista de la computación. Se necesita mucho procesamiento de datos y algoritmos inteligentes, o sea, no basta con saber un poquito de computación para mejorar el procesamiento de datos, hay que saber harto, entonces para eso es super importante también seguir estudios de post grado.
En realidad se me fueron dando oportunidades y las fui tomando en el camino, y después, bueno cuando llegué a Suiza, era distinto, porque primero encontré folletos que decían…se buscan estudiantes mujeres y hombres. De regreso en Chile, en la Facultad de Ingeniería empecé a analizar cómo había evolucionado el ingreso de mujeres. A fines de los ´60 había un 5% de mujeres, en el ‘79 había un 10%, y a fines del 2010 había un 20%; es decir, en 30 años había aumentado solo en un 10%. Sorprendida, logramos convencer a la Facultad de que había que hacer algo, analizamos los puntajes de ingreso y observamos que en el último rango había un 30% de mujeres que está discriminando. De alguna manera algo pasaba con la PSU, miramos cómo les iba después, y observamos que terminan con un promedio un poco mayor que los hombres, a pesar de que entran con puntajes más bajos. Creamos en la Universidad de Chile un cupo de Equidad de Género, que en caso de que el nivel de corte es 720 puntos, las siguientes 40 mujeres que quedan en lista de espera pueden ingresar.
Les quiero decir a las chicas que pueden estar mirando medicina, miren otras carreras como ingeniería, que tiene mucha relación con la medicina, para generar tecnología de apoyo; o que analicen otras opciones como la ingeniería mecánica, la energía solar, la ingeniería industrial, la geología, la geofísica. Yo creo que aquí hay que convencerse uno mismo qué quiere y jugársela por eso.